Apple siempre ha defendido la optimización de la relación hardware-software, algo que en Android no termina de encajar de la misma manera. Una vez más lo demuestra con su nuevo iPhone 5S, que saldrá mañana mismo a la venta en algunos países, que no es necesario incorporar componentes tan «grandes» en los smartphones para que su rendimiento sea óptimo e incluso se sitúe al modelo a la cabeza de todas las pruebas.
Puede gustar o no su diseño, puede gustar o no el tamaño de su pantalla, pero el iPhone 5S vuelve a confirmar que no son necesarios unos componentes tales como los de la gama alta de Android para situarse en lo más alto en cuanto a rendimiento. Con el Qualcomm Snapdragon 800 a 2,26 GHz y una memoria RAM de 2GB, el LG G2 se alzaba hace poco con el «premio al más potente». Este logro se lo ha arrebatado ya el iPhone 5S con un procesador dualcore (chip A7) y 1GB de memoria RAM, ¿por qué?
Ya lo avisó Jobs, y Tim Cook continúa con el iPhone 5S
En tiempos de Steve Jobs, en esa primera etapa de Apple, Steve Jobs ya hizo saber que Apple centraba sus fuerzas en optimizar la relación entre el hardware y software de sus dispositivos. Tanto es así, que ellos mismos, como compañía, se encargan de diseñar y desarrollar este total del smartphone. Bastantes años después de que naciera «iPhone» como tal, llega el iPhone 5S y demuestra una vez más que esta es la forma de trabajar de los de Cupertino y que, además, es el mejor método.
El iPhone 5S lleva en su interior un procesador dualcore de 64 bits que recibe el nombre A7 y al cual le acompaña una memoria RAM de 1 GB. Acostumbrados a tratar con especificaciones técnicas de dispositivos que funcionan con el sistema operativo móvil de Google, Android, suena a escasa esta configuración de componentes que incorpora el iPhone 5S. Sin embargo, y remitiéndonos a resultados técnicos y objetivos, el iPhone 5S logra unos resultados globales de rendimiento muy por encima de smartphones con procesadores quadcore y memoria RAM de 2GB. El teléfono inteligente que queda por detrás del buque insignia de Apple, el LG G2, incorpora un procesador Qualcomm Snapdragon 800 quadcore a 2,26 GHz y memoria RAM de 2GB, configuración que no le es suficiente para alcanzar la potencia del iPhone 5S.
Algo pasa con Android
¿Dónde está el problema? Los componentes de la gama alta de Android son, sin duda, excesivos. Entonces, ¿por qué no están a la altura del iPhone 5S? Por mucho que los fabricantes de teléfonos inteligentes se esfuercen en incluir los procesadores más potentes y las memorias RAM más grandes del mercado, el iPhone 5S y sus componentes funcionan de manera óptima con el sistema operativo que está específicamente diseñado para correr en él. Por ese motivo, aunque no sea realmente así, el problema está en Android. Y estamos estableciendo la comparación directa con Android porque es el que queda justo por detrás de iOS, pero lo mismo pasa con otros sistemas operativos como Windows Phone.
Google no puede con Apple, el Nexus no puede con el iPhone 5S
Realmente no se puede comparar de manera objetiva, pero es cierto que los Nexus no pueden llegar a ofrecer lo que el iPhone 5S, esa relación óptima entre software y hardware. Esto ocurre porque, por mucho que sea Google quien tenga a su cargo la gama Nexus y el sistema operativo con el que funcionan, Google no desarrolla los componentes de su smartphone y, por ese motivo, no podría alcanzar esta relación que Apple alcanza, en este momento, con el iPhone 5S.
Por otra parte, aunque los Nexus sean de Google, los de Mountain View desarrollan un sistema operativo que está orientado a funcionar en una enorme cantidad de dispositivos que no son los suyos propios, además de estos. Por lo tanto, estos dos motivos son más que suficientes para justificar la no existencia de una relación óptima entre hardware y software en el ecosistema Android.
Fuente: 9to50Mac