Si en algo está siendo protagonista el nuevo iPad es en la cantidad de críticas y polémicas que está protagonizando. Quizás la prepotencia de Apple le está pasando factura pero, siendo fieles a la verdad, los problemas del nuevo tablet de Cupertino son más comunes de lo que parecen.
Calentamiento, pérdida de señal o consumo masivo de datos son algunos de las críticas más feroces que se están cebando con el nuevo iPad de Apple. Es cierto que presentar algo como perfecto en el mundo de la tecnología es, cuanto menos, pretencioso y de ahí mucha de la frustración de los compradores cuando no ven cumplidas las expectativas creadas.
El nuevo iPad es un tablet, un producto, y adolece de las limitaciones actuales de la tecnología, por más que luego pueda ofrecer cosas que otros no pueden o no han sabido hacerlo. Entrando en el campo de los problemas más criticados en el dispositivo de Cupertino, se puede ver cómo todas ellas están presentes también en otros tablets, y que parece que el iPad acaba de descubrir.
Todos se calientan, y en ninguno es un tema preocupante
El calentamiento de los dispositivos portátiles es algo con lo que se lleva conviviendo desde que se inventó el ordenador portátil. Como ya comentamos, no sólo el nuevo iPad no es el que más se calienta, sino que se podría decir que este tipo de productos se mueven todos en unas cifras similares de temperatura, no llegando ninguno a suponer un peligro para la salud o una incomodidad para el uso.
Aplicaciones más pesadas y vídeos de más calidad, evidentemente, más consumo de datos para todos
La queja del consumo de datos es algo infantil. Queremos pantallas HD y conexiones 4G, de las que el iPad no es el primero en ambas, y eso conlleva que las aplicaciones, y sobre todo sus gráficos, pesen más por lo que demandarán más datos consumidos. Otro ejemplo, seguro que nos gusta más ver un vídeo en YouTube en 720p que en su calidad normal, pero habrá que ser conscientes del consumo de datos que conlleva y claro, la fluidez que se consigue en una red LTE es a costa de un streaming de más datos.
Más capacidad, más tiempo de carga, otro tema lógico.
Finalmente, la carga de la batería. Hasta 10 horas de funcionamiento con componentes que multiplican el consumo como son un chip más potente o una pantalla como la Retina requieren de una batería de más capacidad, y por lo tanto, de mayor tiempo de carga. Es lógico. Vale, podrían haber buscado un método nuevo o el consabido «truco» de decir que está l00% para seguir cargando, que según Apple comenta es para alargar la vida de la batería, son algo que se puede exigir pero ¿que precio tendría el tablet con esos componentes? ¿se podría mantener a partir desde los 499 euros?
Las polémicas enmascaran las verdaderas carencias
La cuestión es que, quizás por el impacto que se consigue criticando un producto de Apple, son incidencias sólo denunciadas en un tablet que venga firmado por Cupertino cuando muchas de ellas son inherentes a la tecnología actual. Lo peor es que esto enmascara las carencias reales del nuevo iPad, que sí son decisión de Apple, bastante más criticables que las que están alimentando esta polémica, por ejemplo, la paupérrima cámara para la videoconferencia, los problemas de compatibilidad con los accesorios del iPad 2 o que anuncian un tablet 4G LTE y luego no es compatible con las redes de fuera de EE.UU., por citar, también, sólo otras tres.