Quizá sea la parte menos conocida de Steve Jobs, un hombre del que todos sabemos de sus productos, de su firma y de sus creaciones, pero como todo mortal también tenía sus pasiones por los coches, las motos e incluso los aviones.
Cuando alguien llega a tener el rango de supermillonario es fácil que crezcan como setas alrededor de él todo tipo de coches deportivos y demás cosas ostentosas. Como es normal Jobs se quedaba solo con la primera parte de la frase, el rango de supermillonario. De coches estelares y demás cosas cantosas ni hablar, de hecho su casa, que puedes ver en una de la foto de este reportaje, dista mucho de ser impactante o llamativa.
En vida, el genio siempre dijo que su mayor tesoro era su familia y sus hijos y la verdad es que al ver los coches que manejaba, verdad es, ya que no se gastaba lo que otros harían en su posición. Por su nivel económico, no nos engañemos, ha muerto siendo uno de los hombres más ricos del mundo, podía tener lo que quisiera. Apple factura una media de 100.000 millones de dólares, su renta personal era más que potente, con sus “ahorros” de la primera época de Apple, la venta de Pixar y el nada desdeñable paquete de acciones de Disney.
Coches discretos
Aún así, como decimos, los estelares Ferraris, propios de los millonarios amantes del papel couché o de los futbolistas de moda no eran lo suyo. Utilizó algún Porsche, pero al final los Mercedes y los Audi, genuinamente alemanes, levemente excitantes, pero perfectos y eficaces, encajaban mejor en su vida. Sin olvidar alguna que otra moto de la firma alemana BMW fue también su jinete de hierro en sus épocas más jóvenes.
En el caso de los Mercedes se hizo famoso su SL55 AMG, un deportivo de armas tomar, con solo dos puertas y con un motor capaz de hacer languidecer a deportivos de altos vuelos. AMG es el apellido que Mercedes pone en sus versiones más radicales, temidas en cualquier carretera, por como decimos, ofrecer prestaciones de infarto. El AMG de Steve, como comentan nuestros compañeros de AutomovilZona, solía descansar en la plaza de minusválidos de Apple. Un coche que no tenía una matrícula convencional, sino un intrigante código de barras que dice la leyenda se debe a un tratamiento especial por parte del Gobierno americano o a que los fans siempre le robaban las matrículas. Sea como fuere, un coche que por aparcar siempre en la zona de minusválidos, según comentaba el ex directivo de Appe, Jean-Louis Gassee, lo rayaron más de una vez gente que no era de Apple y que desconocían el nombre del dueño.
Su avión
En el año 2000 la junta directiva de Apple compró un jet privado para Steve, CEO de la firma, que costó entre 60 y 90 millones de dólares. Un dispendio a primera vista para como el propio Jobs decía “viajar a Hawai con mi familia”. En 2009 salió a la luz una información que aseguraba que cuando propuso la idea, Larry Ellison dijo que «con lo que había hecho por la compañía deberían haberle comprado cinco aviones más».