La compañía de Cupertino sigue en su cruzada contra Samsung. El nuevo escenario de la batalla: Australia, donde ambas compañías están inmersas en pleno juicio que resolverá la venta o no de la Galaxy Tab 10.1 en el lejano país. Durante el juicio, Apple carga contra la compañía surcoreana acusándola de no querer resolver la situación por la vía diplomática.
Apple y Samsung son, al día de hoy, sinónimo de rivalidad; una rivalidad que sobrepasó ya hace unos meses los límites de una competitividad normal, una vez que en ella se dieron paso a los tribunales. Como ya de todos es sabido, la compañía norteamericana inició la ofensiva judicial contra Samsung el pasado abril ante el tribunal federal de California. Las demandas giraron en torno a lo que consideraron una clara copia del diseño y apariencia externa y de la propia interfaz, tanto en su línea de móviles Galaxy como en el de sus tabletas.
De mal en peor
La situación durante estos meses ha ido a más, multiplicándose las demandas por cuatro continentes, incluida Europa, ya no solo en una dirección, sino que Samsung, tras varios meses viendo vetadas por resoluciones judiciales las ventas de sus productos en varios países, entre ellos EEUU, ha pasado también a la ofensiva y plantea denunciar a Apple ante la Corte judicial de La Haya de los Países Bajos. Las razones, las mismas: robo de patentes. El lugar donde interpuso la demanda no es aleatorio, pues es el mismo tribunal que dictó la orden contra la venta de Galaxy Tab en el Viejo Continente.
Balones fuera
Un nuevo frente abierto en lo que parece una interminable batalla, viene de las Antípodas. En Australia se vive estos días un nuevo proceso de Apple contra Samsung. Y de allá lejos nos llega una nueva noticia al respecto: Steve Jobs, el carismático ex-presidente ejecutivo de Apple, habría intentado mediar con Samsung antes de iniciar la batalla legal. Dichos intentos irían encaminados a resolver la cuestión de las patentes por la vía diplomática. Así, al menos, lo ha asegurado Richard Lutton, ejecutivo de Apple y abogado de patentes de la compañía, ante la Corte Federal de Sidney.
Ello, obviamente, significa echar sobre la espalda de Samsung toda la responsabilidad del inicio de esta guerra judicial sin cuartel, que, atendiendo a las palabras de Lutton, Apple quería evitar.
El ejecutivo ha seguido durante todo el día por esa línea argumental, queriendo mostrar la predisposición de su compañía a evitar la guerra: “Samsung es un importante proveedor con quienes tenemos una profunda relación. Queríamos darles una oportunidad de hacer las cosas bien”, ha respondido Lutton ante las preguntas de David Catterns, abogado de la compañía surcoreana. James Chung, portavoz de Samsung no ha querido hacer comentario alguno sobre estas acusadoras palabras.
A la espera de la sentencia
Pero mientras se les acusa de hacer oídos sordos a las reclamaciones de Apple, Samsung ha aceptado retrasar el lanzamiento de su Galaxy Tab 10.1 en Australia (objeto de la demanda), hasta que la justicia dicte sentencia, algo que, según la juez Annabelle Bennett podría ocurrir durante la próxima semana. ¿Qué sucederá?