Comprar un móvil nuevo es una decisión que no siempre es fácil, ya que no siempre encontramos modelos que se adapten a nuestras exigencias con un precio accesible. Es en esos casos cuando echamos la mirada atrás y buscamos móviles nuevos más baratos, pero también antiguos. Algo que no siempre puede ser una buena idea.
Y es que comprarse un móvil antiguo a un precio rebajado es una muy buena idea, pero no siempre es positivo, ya que es evidente que vamos a perder algunas cualidades que solo disfrutaremos con un móvil realmente nuevo, que acabe de llegar al mercado. Por ello, es bueno que conozcáis cuanto de antiguo es un móvil que os queráis comprar.
El Software, algo tendrás que sacrificar
Sobre todo en los móviles Android, esperar unos meses después del lanzamiento de un teléfono puede suponer perfectamente ahorrarse varios cientos de euros, dependiendo de la gama del teléfono que estemos hablando. Pero tendrás que elegir entre ahorrarte cierto dinero, o contar por ejemplo con un soporte por parte del fabricante mucho más reducido a nivel de software. No hablamos de garantías, porque estas son inamovibles y perfectamente válidas desde el primer día que estrenamos el teléfono. Además, deberás conocer bien el modelo del teléfono.
Y es que el software es sobre todo el aspecto que más penaliza la compra de un móvil veterano. Y es que los plazos de actualizaciones de un teléfono no comienzan el día en el que estrenas este, sino el momento en el que ese modelo llegó al mercado. Por lo que si te compras un móvil con un año de antigüedad, ten por seguro que ese teléfono se va a seguir actualizando solo durante un año más. Salvo que el fabricante tenga otra política con las actualizaciones y lleguen durante más tiempo, pero independientemente del caso es seguro que habrás perdido un año de actualizaciones. Eso sí, por supuesto cuando lo estrenes recibirás todas las de ese año de golpe, si es que no llega con ellas ya.
Otros aspectos a tener en cuenta
Comprarse un móvil antiguo puede ser también algo que notemos en otros aspectos, aunque probablemente menos importantes que los relacionados con el software. Es posible que cuando nos hagamos con él ya no encontremos accesorios para el, o al menos en menor medida que cuando el teléfono llegó al mercado. Y por supuesto tendremos que sacrificar el hardware del teléfono y asimilar que ya no será un terminal de última generación.
Lo que nos obligará seguro a sacrificar otros aspectos, como una cámara con menor calidad, una pantalla que a día de hoy seguramente no tenga una tasa de refresco elevada, y otras características que en móviles más veteranos es evidente que no vamos encontrar. Pero sin lugar a dudas el principal sacrificio es el del software, a ese tendremos que enfrentarnos si o si.