La tecnología avanza a pasos agigantados, pues solo hay que ver cómo han evolucionado los smartphones de manera exponencial desde hace unos años hasta la actualidad. Los respectivos fabricantes buscan nuevas formas de sorprender a través de innovaciones que facilitan el día a día del usuario.
La carga rápida surgió justo para esto, es decir, tener listo el teléfono en el menor tiempo posible para hacer uso de nuevo de sus características. Hoy en día disfrutamos de velocidades extremas que permiten cargar el móvil en unos 15 minutos, pero es posible que dentro de un tiempo ni siquiera tengamos que preocuparnos de esta cuestión. Esto se debe a que OPPO imagina un mundo en el que los dispositivos no precisen de una batería en su interior para funcionar.
Cómo funcionaría
Cuesta imaginar que este plan de OPPO se convierte en una realidad, puesto que parece sacado de una película de ciencia ficción, aunque no es la primera vez que los procesos tecnológicos acaban pillando a todo el mundo por sorpresa.
Según un comunicado de la compañía asiática, en un futuro podremos olvidarnos de la batería de los terminales debido a que estos obtendrán la energía que proviene de las diferentes señales que nos rodean. Esto quiere decir que redes WiFi, Bluetooth o las propias antenas de cobertura suministrarán al smartphone.
Han denominado el concepto como Zero-Power, es decir, energía cero y supondría la evolución de lo que ya conocemos como carga inalámbrica. Una tecnología en la que hay que continuar trabajando con el objetivo de obtener el fin aquí anunciado. Pues los móviles necesitarán acumular esa energía que los rodea de algún modo.
No habría que ejecutar modificación alguna en la propia infraestructura de redes, porque este sistema está pensado para que sean los propios teléfonos los que almacenen las señales y las conviertan en energía.
¿Afectaría a los móviles?
Muchos se han realizado esta pregunta ante tal circunstancia, dado que es un suceso desconocido realmente en el que no se ha profundizado apenas. OPPO afirma que en un principio estaría pensado para terminales de baja potencia: “Sin batería, muy compactos, de muy bajo coste y con un consumo de energía muy bajo”.
Todo parece indicar que no todos presumirán de esta prestación. Sin embargo, de no ser así, supondría un enorme avance en todos los aspectos. Principalmente, porque reduciría los costes de fabricación, mantenimiento y los niveles de contaminación. Además, esto debería traducirse en unas mejores características para los dispositivos, partiendo de la base de que el peso disminuiría de manera considerable.
Otro apartado susceptible a experimentar cambios con la llegada de esta invención por parte de OPPO es el precio. La cantidad que pagar por los smartphones sería menor teniendo en cuenta que la batería es uno de los componentes de mayor valor.
Por otro lado, el rasgo determinante respecto a esta cuestión es que no existiría deterioro alguno de esta parte del teléfono. Esto significaría el fin a los problemas de la batería y peligro de hinchazón, de modo que la vida útil será más extensa.