Resulta innegable que la carga rápida de los móviles ha cambiado nuestro modo de uso, hace apenas unos años teníamos que vivir pegados a un enchufe para cargar nuestro móvil, con tiempos de espera que superaban en algunos casos las dos horas. Poco a poco y por suerte se han desarrollado nuevas técnicas que reducen este tiempo, aunque no todo tienen porque ser bueno, también aparecen puntos malos en la carga rápida.
Actualmente, podemos encontrarnos cargas rápidas de hasta 120 W, las cuales nos permiten cargar la batería en apenas 20 minutos. Cada vez vemos más que estas cargas rápidas no son solo en la gama alta y se expanden para llegar a la gama media e incluso gamas de entrada de todos los fabricantes lo que genera miedo y dudas a los usuarios. De todas maneras, antes de enseñarte cómo funciona un cargador rápido, te vamos a explicar cómo lo hace una batería.
¿Cómo funciona la batería del móvil?
Una batería se configura como un recipiente que contiene componentes químicos, entre ellos el níquel, el zinc o el litio. Y estos reaccionan al paso de los electrones. También es importante el hecho de que las baterías tiene un polo positivo, el ánodo, y un polo negativo, el cátodo. Cuando enciendes el móvil esos polos se conectan, cerrando un circuito eléctrico en donde se mueven electrones. Y es entonces cuando esos electrones reaccionan con los componentes químicos de la batería. De esta manera, son capaces de generar una corriente eléctrica que se usa para alimentar el hardware del móvil.
Por otro lado, debes saber que la capacidad de una batería se mide en Amperios (A), Voltios (V) y Vatios (W). Por su parte, los amperios indican la intensidad de la corriente eléctrica. Por este motivo, la capacidad de una batería se mide en mAh, es decir, miliamperios por hora. Si una batería es de 2.500 mAh, puede suministrar una corriente eléctrica de 2.500 miliamperios en una hora.
Siguiendo con estos valores, nos encontramos con el voltaje de la batería, la cual se mide en Voltios. Estos son capaces de indicarnos la tensión eléctrica. Y, por último, tenemos el valor que más te puede interesar, la capacidad de carga de la batería, es decir, cuánta intensidad eléctrica puede aceptar según la tensión eléctrica que use. Se mide en Vatios y su cálculo es tan sencillo como multiplicar los voltios por los amperios. Por lo que, un móvil con un voltaje de 5V y una intensidad de corriente de 2A, tiene una capacidad de carga de 10W.
Cómo funciona un cargador rápido
Para saber si algo es peligros o no, primero debemos saber cómo funciona. Aquí, aunque el encargado de recibir toda la potencia de carga es el smartphone, realmente quien hace el trabajo «sucio» es el adaptador de corriente, el cual tiene las tecnologías necesarias para recargar al completo la celda del teléfono en apenas unos minutos.
Los componentes básicos de la carga son el amperaje, el voltaje y los vatios y entenderlos es más sencillo de lo que podrías pensar en un principio:
- El amperaje (o corriente) es la cantidad de electricidad que fluye de la batería a cualquier dispositivo conectado. El amperaje se mide en amperios (A) y depende de la resistencia del circuito y del voltaje aplicado. Cuanto mayor sea el amperaje, mayor será la cantidad de energía que se transfiere por unidad de tiempo.
- El voltaje es la velocidad o la intensidad de la corriente. El voltaje se mide en voltios (V) y representa la diferencia de potencial eléctrico entre dos puntos del circuito. Cuanto mayor sea el voltaje, mayor será la fuerza que empuja a los electrones a través del circuito.
- Los vatios son amperaje multiplicado por voltaje. Los vatios se miden en vatios (W) y representan la potencia eléctrica que se consume o se genera en el circuito. Cuanto mayor sea el número de vatios, mayor será la cantidad de trabajo que se puede realizar con la electricidad.
Imagina una manera con un determinado diámetro (amperaje) por donde los vatios (agua) salen a una presión (voltaje) determinado. Así funciona la electricidad que recibe y transforma el cargador. En un primer momento se potencia la velocidad de carga gracias a un voltaje mayor y, una vez que la batería haya recibido la mayor parte de su carga, el cargador disminuirá esta potencia para evitar problemas de sobrecalentamiento que puedan llegar a dañar o el cargador, o la batería del smartphone o, claro está el propio teléfono que estamos intentando recargar de energía.
Cómo afecta la potencia de carga al móvil
Para saber cómo afecta negativamente la carga rápida a nuestros móviles, primero debemos saber los aspectos positivos, para después poner esta información sobre una balanza y sacar conclusiones sobre la carga rápida en los móviles y lo bueno o malo que resulta. Como aspectos positivos sin duda alguna encontramos la reducción de los tiempos de espera, es el factor principal por el que ha sido desarrollada. Esto ha conseguido que no tengamos que ir cargados con una batería portátil, sino que podemos llevar nuestro móvil y cargador original, para en cualquier momento cargarlo sin esperas y tener batería para terminar el día.
A pesar de lo positivo que suena esto, expertos han demostrado que la carga rápida puede afectar negativamente a la batería de nuestro móvil, dado que se produce un aumento muy rápido de esta. Lo cierto es que podría ser el caso, aunque los fabricantes han puesto medidas de por medio para que la carga rápida no afecta actualmente a los smartphones como ocurría en sus inicios. Ahora la potencia y el mecanismo se encuentra en el propio enchufe, siendo este quien absorbe todo el calor y administra la energía, permitiendo que nuestro móvil y sobre todo el procesador, administren esa carga de forma que no le suponga ningún daño.
Es cierto que por muy preparado que esté el procesador, el cargador y el resto de componentes para soportar una carga rápida a la larga puede resultar malo. Aunque nos encontramos con que esto mismo sucedía antaño y nuestros móviles terminaban sufriendo problemas de batería, aunque no existiera la carga rápida.
De igual manera, el cargador puede calentarse mientras alimenta los dispositivos, sobre todo si no está fabricado por una marca oficial. Este es uno de los muchos motivos por los que siempre recomendamos que se usen los propios accesorios de cada fabricante, aunque no vengan en la caja. Ten en cuenta que estos adaptadores tienen un chip controlador regula el flujo de electricidad a la batería, asegurando que no haya picos peligrosos en la corriente, mientras que los controles de temperatura y voltaje mantienen el cargador funcionando dentro de parámetros seguros.
Configuración correcta de la carga
Aunque no son muchos, hay un par de ajustes que podemos tocar para cargar el móvil de la mejor forma y, sobre todo, más segura.
Ajustes de carga
Por defecto, la mayoría de smartphones que cuentan con altas velocidades de carga tienen esta opción configurada de serie, pero dejan en tus manos poder desactivarla. Eso sí, hacerlo suele depender de cada fabricante y cada sistema operativo pero, por lo general, se suele situar en la configuración de batería:
- Abre la app de Ajustes
- Baja hasta el menú de Batería
- Dentro, localiza el menú de Ajustes avanzados
- Activa o desactiva la carga rápida por cable
La carga rápida de noche
Desde hace años hemos oído hablar mucho sobre la carga de los dispositivos por la noche, asegurando que resultaba perjudicial, aunque en el caso de los móviles no es así. El procesador que es el encargado de administrar la carga, es capaz de reconocer la batería que nos queda y regular la corriente que quiere recibir. Cuando ponemos el móvil a cargar por la noche mediante el cargador original con carga rápida, este cargará a la misma velocidad que durante el día, aunque no estaremos nosotros de por medio para quitarlo, dado que estamos durmiendo.
El propio smartphone, procesador y el cargador reconocen cuando llegan a un porcentaje límite de carga rápida y por eso en torno al 90% podemos observar como la carga es cada vez más lenta, buscando no dañar el smartphone. Durante el tiempo que falta hasta que nos despertemos, la batería se mantendrá al 100% esperando a que nosotros lo desenchufemos.
Para tratar de evitar que la carga tenga que estar completándose continuamente durante la noche, en el panorama Android y también en los iPhone, se ha integrado un mecanismo de seguridad que protege nuestro móvil de las cargas rápidas y de las cargas en general. Cuando el smartphone llega de noche al 80% se detiene y pospone la carga completa al 100% hasta el tiempo exacto que resta para que suene la alarma del móvil. Eso nos permite dormir tranquilamente sin preocuparnos porque la batería sufra y al despertarnos tendremos el máximo de autonomía disponible.
Aún así, se puede reducir y optimizar aún más siempre y cuando tu smartphone lo permita. Hay capas de personalización como ColorOS, de OPPO, cuentan entre sus ajustes con opciones de optimización nocturna de energía. A esto se han sumado otras marcas, y por ejemplo Xiaomi tiene en HyperOS la protección de la batería con carga inteligente incluso de noche o con opciones de modo de carga por cable, estándar o de máxima velocidad. Esto, lo que hace es reducir el envejecimiento de la celda al memorizar las rutinas diarias. Al darse cuenta de que siempre cargamos el smartphone al ir a dormir, el teléfono adapta la velocidad de carga. Por ello si cargamos el teléfono por el día será mucho más rápido que por la noche.
¿Y si no la puedo desactivar?
Dado el caso de que queramos cuidar más la batería de nuestro móvil y evitarnos alguna sorpresa, podemos pensar en la solución de desactivar la carga rápida. Sin embargo, esto no es posible desde la configuración de algunos terminales de la forma en la que lo hemos indicado unos párrafos más arriba.
En este caso, la única solución es usar un cargador diferente con una potencia menor, aunque eso tampoco se recomienda dado que no todos los cargadores nos ofrecen el mismo estándar de carga y la solución podría afectar a la batería o ser peor que usar el cargador rápido. También puedes probar a cargar el teléfono sin conectarlo a la red eléctrica, es decir, conectándolo al ordenador, consola o a otro dispositivo que permita suministrar energía al equipo.
Mi móvil se calienta mucho ¿Qué hago?
Uno de los posibles ‘daños’ colaterales que puede tener el hecho de usar la carga rápida en nuestro teléfono móvil es el de que el mismo se caliente mucho durante el proceso de carga. Una situación que más o menos podríamos tildarla de normal pues realmente el móvil en estos momentos está siendo sometido a una alta carga eléctrica, que aunque sea segura, ciertamente no dejan de ser muchos voltios. A pesar de que en los terminales más nuevos es una situación que ya no ocurre tanto, puede darse el caso de que nos ocurra, por lo que tendremos que saber cómo actuar si se nos presenta esta situación.
En primer lugar, lo que debes hacer es no usar tu teléfono mientras se carga; una práctica que deberíamos realizar siempre que estuviese cargando el mismo, pero todos sabemos que no suele ser así. Pero en este caso concreto sí que debe ser así para que nuestro móvil repose y no sea sometido a más procesos que puedan calentarlo más. Junto a esto, lo mejor que podremos hacer es alejarlo de cualquier tipo de fuente de calor que pueda hacer que el mismo siga calentándose más y entremos en un problema. De igual forma, no solemos caer en aspectos como este, pero es muy importante que si notas que se calienta, retires cuánto antes la funda de tu dispositivo para que no se caliente mucho más. Esta será una cuestión que deberás llevar a cabo sobre todo con fundas de silicona que no transpiren y no dejen traspasar el calor, por lo que será muy importante tener esto en mente.
Otra cosa en la que debemos fijarnos es que estemos haciendo la carga con un cargador oficial, o de calidad con todas las medidas de seguridad, ya que en caso contrario sí que se podría dañar el móvil, su batería o consecuencias peores. Por otro lado, debemos ver que la causa de que se caliente no sea que el cargador se haya deteriorado, pase lo mismo con el cable o haya algún otro problema que lo cause, incluso si hace mucho calor.
¿Lo cubre la garantía?
En el hipotético caso de que un problema con la carga rápida del móvil pueda deteriorarla, tenemos que saber si la garantía responderá por nosotros. Este es un tema complejo, dado que resultará difícil demostrar si el daño en la batería se ha producido por ese extra de potencia o, por el contrario, se debe a que hemos hecho un mal uso de la batería.
También debemos tener en cuenta que los fabricantes ofrecen un periodo de garantía diferente en las baterías con respecto al resto del terminal. Este elemento sufre un desgaste mucho más elevado que el resto de componentes y por eso sucede esto. En la mayoría de los casos, contamos únicamente con 6 meses de protección. Si en ese periodo de tiempo la carga rápida provoca un fallo en la batería, extremos protegidos, peor después será muy complicado que la reparación o sustitución de la batería nos salga gratis.
Para salir de dudas en el caso de que no sepas la forma en la que debes proceder para adivinar si lo cubre o no la garantía, lo mejor que puedes hacer es ir a un servicio técnico homologado que te lo pueda confirmar o incluso llamando a tu fabricante para que den las claves exactas; de todas las opciones, quizás esta última sea una de las más interesantes ya que puede ser la que directamente no dé la solución que estamos buscando de la manera más exacta.
¿Debemos usar la carga rápida?
Una vez que ya tenemos toda la información necesaria, podemos sacar una opinión que sin duda alguna nos recomienda aprovechar la carga rápida sin temor alguno. La degradación de las baterías por ahora es algo que no podemos evitar, tanto si utilizamos la carga rápida o no la utilizamos. Por ello y siguiendo las estadísticas de uso, un móvil nos suele durar de media 2 años, un tiempo en el que la batería apenas ha notado degradación ni siquiera usando la carga rápida.
Será mejor que aprovechemos sus funciones y no tengamos que estar esperando demasiado tiempo para poderlo utilizar de nuevo, a las cuales podemos sumarles las posibilidades para reducir el tiempo de carga de los móviles. Lo mismo ocurre por la noche, podremos cargar con su cargador original, el procesador se encarga del resto y nosotros solo debemos preocuparnos de sacarle partido a sus cámaras, aplicaciones y múltiples posibilidades.
Cada vez hay más medidas de seguridad
Como hemos dicho, nadie esconde que una mayor potencia de carga implique una mayor presión sobre la celda, pero por ello los fabricantes tienen enormes departamentos de investigación para paliar el sobrecalentamiento de este componente y preservar la vida útil de la batería muy por encima de lo que estamos acostumbrados.
Ahora mismo ya hay firmas que están trabajando con sistemas de carga de hasta 200W que hacen que muchos usuarios desconfíen de cómo puede afectar a la pila que se cargue por completo en menos de 10 minutos. Por eso, además de en la velocidad, los fabricantes trabajan en la seguridad del proceso.
Hoy en día tanto las baterías como los cargadores han sido diseñados para ofrecer una carga más rápida con la seguridad y estabilidad que cualquier usuario podría esperar. Entre estas medidas encontramos nuevos electrolitos de la batería, diferentes chips de carga que permiten cortar el suministro de corriente de forma automática, división de celdas, nuevos sistemas de montaje, la aplicación de un gel conductor térmico o el uso de algoritmos de salud de batería que aprenden del uso del teléfono.
Si te das cuenta, en los últimos años, por muy avanzada que esté la tecnología de carga rápida, no se han dado apenas casos de explosiones de batería o teléfonos motivados por este sistema. Por algo será. Eso sí, que la batería te va a durar menos tiempo porque se le agotan los ciclos antes sí.
¿Y si uso un cargador de más vatios?
Puede darse que por casa nos encontremos un cargador que cuente con más vatios y no tengamos ninguna otra opción para poder cargar nuestro teléfono, por lo que quizás vayamos a pensar en si es o no más malo cargarlo con este cargador con más amperaje de lo que realmente puede disponer nuestro móvil. Y esto es así, aunque con matices; y es que realmente nuestro móvil lo que tendrá será un tope de amperaje que admite, así como de los vatios con los que podemos realizar nuestra carga rápida, de manera que no podremos sobrepasar ese tope, ni lo haremos independientemente de que el smartphone aguante más o menos.
El problema aquí radica en la posibilidad de que el teléfono móvil no vaya controlando y regulando la carga que recibe en lo que a vatios se refiere por parte del cargador, que no tenga ese control sobre la carga, lo que puede hacer que la misma acabe desmadrándose. Y es que podría darse el caso en el que el cargador estuviera dando mucha carga sobre el móvil y este, por supuesto, solo estuviera cogiendo una parte, de manera que se acabaría calentando muchísimo el terminal pudiendo provocar posibles fallos y errores. No suele pasar con móviles conocidos de marcas de confianza, pero eso no quiere decir que no pueda pasar.
En el caso de que no tengas el cargador que se requiere para realizar de una manera correcta la carga rápida de tu teléfono, lo mejor es que recurras a otros métodos o que incluso no lo cargues hasta que no puedas asegurar de manera total que tu teléfono móvil no va a sufrir durante la carga. Hay que tener en cuenta que un cargador a día de hoy no es tan caro, aunque sea el oficial de la marca, y cuidar tu teléfono para que te dure más años bien vale esta inversión si la tienes que hacer.