Cada vez son más los que se animan a llevar las tarjetas bancarias en el smartphone. No importa si es un móvil Android o se trata de un iPhone, en todo caso hay quienes dudan de que podamos estar totalmente tranquilos de llevarlas en el teléfono. Es por eso que muchos optan por encender y apagar el NFC, cada vez que se disponen pagar en un comercio.
Con la intención de acabar con este mito o realidad, os vamos a explicar las claves sobre esto. Esperando que de esta manera os sintáis mucho más tranquilos de usar la tecnología NFC y que no tengáis que preocuparos en absoluto por este aspecto. Además, esta conexión se puede usar para diferentes cosas, como es el caso de mandar o recibir archivos por el NFC del terminal. A veces las noticias que podemos ver o leer no nos dicen toda la verdad y es ahí donde se comienzan a crearse miedos sin fundamento alguno.
El NFC del móvil tiene seguridad contra copias
Aunque puede parecernos muy sencillo de utilizar, lo cierto es que la tecnología NFC tiene muchas barreras de seguridad previas a efectuar un pago con las tarjetas que pueden incluso parecernos errores de funcionamiento al comprar. Antes de llegar a completar los pagos, el smartphone tiene que identificar que se encuentra ante un datáfono seguro, los cuales deben tener un número de identificación que registra ante nuestro banco varios datos relevantes como por ejemplo:
- El lugar donde se está realizando la transacción con la ubicación exacta.
- La información de la empresa a la que se envía el pago.
- El importe a pagar exacto.
Esto sirve al teléfono para coger todos esos datos y realizar una comprobación instantánea en la nube junto a nuestra entidad bancaria para dar el «okay». En caso de tratarse de una compra que supere un determinado precio (el cual suele ser de 50 euros) además tendremos una barrera tan importante como el PIN de seguridad de la tarjeta que solo debemos conocer nosotros y sin el que no se podrá hacer nada.
Caminando por la calle nadie te copiará la tarjeta
El miedo que muchos tienen ante la posibilidad que nos copien la tarjeta se basa en que llevando el NFC del móvil activado aleguen pueda acercarse a nosotros y copiar los datos del teléfono sin que nosotros nos demos cuenta ante una aglomeración de gente. Hacen falta varios pasos previos que nos ofrecen total seguridad en las tarjetas, incluso más elevada en el smartphone de las que nos puede dar llevarlas de forma física.
Para comenzar, no vamos a poder emitir ningún pago o llegar a completar ningún acceso a los datos sin antes haber desbloqueado el smartphone. No importa si usamos el desbloqueo facial, lector de huellas o un PIN, para poder acceder a las tarjetas es necesario tener acceso al sistema. En muchos casos además, tenemos que acceder a la app bancaria en cuestión o ni siquiera funcionará.
Todo ello sin olvidar que el contacto debe ser muy cercano y es que el NFC nos asegura que se produzca un acercamiento entre el datáfono y la parte superior del smartphone, donde se suele colocar el medio que intercambia la información. Es imposible que se transmita ningún dato sin que la distancia sea milimétrica o se produzca contacto físico.
Por lo tanto, ¿podemos tener las tarjetas en el móvil sin miedo?
Podemos estar totalmente tranquilos llevando las tarjetas en el móvil, nadie será capaz de acceder a ellas para emitir cobros o para copiar todos los datos. Lo único que podrán hacer es intentarlo sin éxito, encontrándose con un error que les impedirá incluso saber el nombre de la tarjeta. Solamente en las películas y en las series nos toparemos con esto, pero no en la vida real con las tecnologías que disfrutamos actualmente.
Como barrera extra, podemos llevar siempre el móvil con nosotros con el NFC apagado si es que no lo usamos a diario y activarlo solamente cuando vayamos a realizar pagos. Esa media ya depende de nosotros. Al menos es algo muy rápido, dado que solo hay que activarlo desde el centro de control del smartphone.