Jamás les perdonaré a las marcas de móviles la desaparición de las baterías extraíbles. Esta decisión no solo ha supuesto un impacto negativo para nosotros como consumidores, sino también para el medioambiente. Por suerte, es cuestión de tiempo que vuelvan a hacer acto de presencia gracias a la Unión Europea.
Los móviles con baterías extraíbles dejaron de existir a partir de alrededor de 2015 y muchos de los usuarios ni siquiera se preguntaron el porqué. Los fabricantes alegaron a que esta condición les permitirá adoptar mejores diseños, aunque hoy en día hay muchos modelos que guardan unas dimensiones y grosor similares a la de estos smartphones por aquel entonces. Además, muchas presumen de ser ecológicas, pero la realidad es que esta decisión de eliminar las baterías extraíbles ha hecho mucho daño al medioambiente, así que cada vez resulta menos lógico este movimiento.
Por qué ya no hay móviles con baterías extraíbles
Cuando, poco a poco, las marcas dejaron de fabricar móviles con baterías extraíbles, existían varias razones, tanto técnicas como económicas que explicaban el cambio. Las primeras giran en torno a cuestiones de diseño, duración de la batería y resistencia frente al polvo y agua, mientras que las segundas tenían que ver con los costes de fabricación. No obstante, el paso del tiempo y el desarrollo de nuevas tecnologías podría haber contribuido a su regreso, pero realmente es algo que a las marcas no les interesa por una sencilla razón: la obsolescencia programada.
Esta ha sido una cuestión que ha dado mucho de qué hablar a lo largo de los últimos años, puesto que los usuarios acusan a las marcas de programar sus smartphones para que funcionen peor pasado un tiempo, obligándolos a cambiar de teléfono. En el caso de las baterías extraíbles también se ha producido cierta crispación, ya que los usuarios podían reemplazar fácilmente la batería cuando esta comenzaba a durar menos de lo habitual. Sin embargo, la construcción y batería de los móviles actuales presentan una mayor dificultad a la hora de cambiar la batería, lo que provoca un coste mayor para la reparación.
También es importante destacar el impacto perjudicial sobre el medio ambiente que supone este cambio. Los móviles actuales tienen una vida útil más corta y por lo tanto se producen cambios de smartphones con mayor asiduidad, lo que a su vez se traduce en más residuos electrónicos. Además, las baterías no extraíbles dificultan el reciclaje a causa de que resulta más complicado sacarlas del teléfono sin dañar el resto de los componentes.
Su vuelta es inminente
Por suerte, el regreso de los móviles y otros dispositivos electrónicos con baterías extraíbles es cuestión de tiempo. La Unión Europea aprobó en 2023 una normativa para obligar a los fabricantes a partir de 2027 al uso de baterías extraíbles con el objetivo de disminuir ese impacto negativo en el medioambiente que acabamos de mencionar, así como beneficiar a los consumidores, quienes podrán volver a cambiar la batería en el caso de cualquier tipo de fallo.
Esta es una muy buena noticia en todos los sentidos, aunque está por ver cómo se adaptan las marcas a esta nueva norma y si los precios de los móviles se ven afectados. No debería porque en su momento todos los móviles tenían estas baterías y eran muy baratas, incluso existían clones para los más atrevidos. Hoy en día solo las vemos en marcas menos conocidas, que no destacan ni por sus prestaciones ni garantías, pero que al menos en esto no han fallado.