Asturias completó con éxito un simulacro de emergencia que envió alertas a móviles para el 99 % de los usuarios en 39 concejos, usando Es-Alert para notificaciones que ocuparon toda la pantalla con pitidos y vibraciones, y simuló un aviso rojo por nieve para probar la resiliencia de sus protocolos de protección civil. Te contamos más sobre todo lo que sucedió.
La prueba, coordinada por el Principado y la Delegación del Gobierno, incluyó activación del PLATERPA del Instituto Español para la Reducción de los Desastres, en situación 2, el despliegue de mensajes vía radiodifusión y la simulación de cortes de carretera, árboles caídos y fallos de suministro. La premisa con la que partió este simulacro es realmente buena, ya que ayuda a ensayar tanto a organismos oficiales como a los ciudadanos a saber desenvolverse ante situaciones de catástrofe y peligro. Por ello, todos los municipios deberían copiar este ejercicio y adaptar sus sistemas de alerta para garantizar una respuesta rápida y masiva ante cualquier riesgo grave.
Por qué deberían copiar el simulacro asturiano
Sencillo, Asturias, demostró que un sistema de alertas por móvil logra una difusión inmediata, alcanzando al 99 % de los smartphones en la zona afectada sin necesidad de conocer los números de teléfono. La utilización de Es-Alert, basado en radiodifusión, garantiza la privacidad del usuario al enviar mensajes a todos los dispositivos conectados a una antena determinada. Además, la cobertura probada en 39 concejos, incluidos valles y distintas altitudes, confirma la fiabilidad de las redes móviles bajo condiciones adversas. Y además nos da las claves para poderlo mejorar, o estar atentos a cualquier posibilidad que pueda retrasar una respuesta coordinada.
Elementos más importantes de un buen sistema de alertas
Para que una ciudad alcance resultados similares, ya que los de Asturias fue todo un éxito deberá contar con protocolos verdaderamente claros, y contar con la definición de zonas de riesgo, e integración con la Agencia Estatal de Meteorología para avisos por clima extremo y, por supuesto, una excelente coordinación entre Protección Civil y operadoras de telefonía. Las notificaciones deben visualizarse a pantalla completa, acompañadas de sonido y vibración, como ocurrió en Asturias, para asegurar la atención inmediata del receptor. Asimismo, es esencial un sistema de doble verificación para evitar envíos accidentales y garantizar la fiabilidad del mensaje que acabará llegando a todos los ciudadanos.
Pasos para implementar un simulacro efectivo
- Primero, las autoridades definen la hipótesis de emergencia (inundaciones, nevadas o accidentes químicos) y movilizan el Plan Territorial de Emergencias correspondiente.
- Segundo, se configuran los parámetros de la radiodifusión, área geográfica, operadores implicados y contenido del mensaje, sin requerir datos personales.
- Tercero, se programa el envío a una hora fija y se ejecuta la prueba, midiendo cobertura, tiempo de entrega y dispositivos no receptores. Finalmente, el personal técnico analiza los datos para corregir zonas de sombra de cobertura y ajustar procedimientos.
Un simulacro bien ejecutado familiariza a la población con el tono y formato de las alertas, reduciendo la alarma ante pruebas y mejorando la confianza en el sistema. Para las autoridades, permite validar la infraestructura de comunicaciones y coordinar niveles de respuesta: sanitarios, bomberos y policías conocen con antelación las áreas afectadas. Además, facilita la detección de municipios colindantes que podrían recibir alertas por solapamiento de antenas, clave para ajustar las zonas de emisión.