El Rabbit R1 ha dado mucho de qué hablar últimamente, pero no por las razones que esperaban sus creadores. Publicitado como un dispositivo innovador con inteligencia artificial que reemplazaría al teléfono inteligente, ha resultado ser algo más decepcionante.
Antes de nada, es oportuno ponernos en situación. Este dispositivo, anunciado a bombo y platillo como Rabbit R1 no es el típico producto tecnológico. No es un teléfono, no es una PDA, n es un GPS, no es un wearable. Es… algo intermedio, y alejado a la vez. Sobre el papel, es un terminal diminuto que puede hacer algunas de las mismas cosas que harías con tu teléfono, sólo que de forma más rápida y natural. En lugar de abrir una aplicación (cómo Uber o spotify) y usar el dedo para hacer lo que quieras , interactúas principalmente con el Rabbit R1 manteniendo presionado el botón lateral y hablando por él como si fuera un walkie-talkie.
Ahora que el equipo ha llegado a los primeros tester, podemos decir que en realidad se trata de un dispositivo con una app instalada a la que aún le queda mucho por evolucionar y mejorar con el tiempo, si no quiere pasar a engrosar el listado de dispositivos que engrosan el cementerio tecnológico como Zune o el láser Disc.
Lo que no te han contado del Rabbit R1
El Rabbit R1 no ejecuta un sistema operativo convencional con aplicaciones. En cambio, el software funciona con IA que ha sido entrenada para utilizar aplicaciones y servicios en su nombre. El fundador y director ejecutivo de Rabbit, Jesse Lyu, dice que este dispositivo funciona como si le dejaras tu móvil a un amigo para que pida algo por ti.
Lo que pasa, es que, tal y como imaginábamos, no es tan diferente ni revolucionario a un dispositivo Android bastante básico. DE hecho, recientemente se descubrió que el software del Rabbit R1 no es tan innovador. Expertos en el campo de la telefonía lograron ejecutar la aplicación launcher del Rabbit en un Pixel 6 e incluso en un iPhone, lo que indica que podría tratarse simplemente de una aplicación de Android con un launcher personalizado, nada más.
Aunque la información sobre el equipo sigue siendo escasa y está sujeta a cambios y hay mucho tiempo por delante para hacer pruebas, hay varias cosas que pocos saben y que nos hacen desconfiar de este revolucionario dispositivo.
Posible espionaje
Algunos usuarios han expresado su preocupación por la cantidad de datos personales que el dispositivo recopila debido a su estrecha integración con la IA. Se teme que esta información se pueda utilizar con fines publicitarios o incluso de vigilancia, aunque la empresa no ha publicado ninguna información sobre sus prácticas de datos.
Batería limitada
Como consecuencia de su pequeño tamaño, el Rabbit R1 no cuenta con una batería de larga duración. Las primeras pruebas sugieren que dura aproximadamente un día con un uso moderado, lo que puede ser un inconveniente para algunos usuarios que esperaban una duración similar a la de un wearable con una pequeña pantalla.
Falta de aplicaciones
Al ser una plataforma relativamente nueva y cerrada, el Rabbit R1 no tiene acceso a la amplia gama de aplicaciones disponibles para Android o iOS. Esto significa que los usuarios pueden tener que conformarse con las aplicaciones preinstaladas o las que se lancen específicamente para el dispositivo, algo que aún no sabemos como evolucionará.