Los smartwatch nos llevan acompañando muchos años, estos relojes inteligentes han madurado mucho en los últimos años, y concretamente en el caso del sistema operativo de Google hemos visto una evolución, desde Android Wear a Wear OS, el sistema operativo más reciente. Unos relojes que suelen tener menos autonomía que la de muchos de sus oponentes, repasamos por qué.
Cuando se trata de comprarse un reloj nuevo, uno de los aspectos a tener en cuenta es sin duda el de la autonomía, que es uno de los más importantes, ya que de ello depende directamente el uso que hacemos de él en el día a día. Pero en el caso de los relojes con este sistema operativo, hablamos de autonomías mayoritariamente escasas, que no pasan de un día o dos en condiciones normales, aunque nos ofrecen la opción de personalizar y crear nuevas esferas. Y es algo que tiene su explicación, más allá del propio sistema operativo. Por eso queremos desarrollar las principales razones por las que esto es así, lo que deberás tener en cuenta cuando se trate de comprar un reloj nuevo.
El precio a pagar por las mejores funcionalidades
Aunque como en todo hay algunas excepciones, cuando buscamos un reloj con este sistema operativo, nos encontramos con que pertenecen mayoritariamente a la alta gama o a la gama media más equipada. Esto qué quiere decir, que básicamente son smartwatch que cuentan con unas prestaciones de alto nivel, que normalmente demandan mucha más energía.
Pantallas AMOLED de alta calidad y gran resolución, con una buena tasa de refresco, procesadores Snapdragon Wear 4100, GPS de alta precisión, son características que se comen mucha batería a lo largo del día, lo que no favorece en absoluto que cuenten con una autonomía notable, sino que en menos de dos días nos toque cargarlos.
Optimización mejorable
El caso de Wear OS es similar al de Android, es un sistema operativo presente en decenas de fabricantes, que adaptan este a las especificaciones individuales de estos.
El problema es que por el camino se van muchos recursos. Mientras que Amazfit y otros fabricantes cuentan con un sistema operativo propio para casi todos sus relojes, y tremendamente optimizado en todos los aspectos, los que cuentan con el sistema operativo de Google no pueden llegar nunca al nivel de eficiencia de un sistema operativo diseñado para un dispositivo específico. Este es un as en la manga de la competencia de Wear OS que sin duda no contribuye a tener una buena autonomía.
Una cuestión de espacio
A igual rendimiento, es probable que un reloj con Wear OS necesite contar con una batería más grande que un Amazfit, sencillamente por las exigencias del propio sistema operativo, como hemos visto a lo largo de estos años. El problema es que el espacio dentro de un smatwatch es limitado, y por tanto no se pueden introducir baterías más grandes que las ya existentes. Si a eso le añadimos que son relojes con pantallas de gran nivel, y con más tecnología que la mayoría de sus oponentes, tenemos el cocktail perfecto. Esto ha llevado a muchos usuarios a prescindir de estos modelos, porque saben que nunca pasarán de ese día o dos de autonomía con tantas exigencias de hardware en un espacio más limitado que sus competidores.
Hablamos a grandes rasgos, porque tenemos algunas excepciones, siendo un sistema muy personalizable, que puedan extender algo más la autonomía. Pero el denominador común entre los relojes que cuentan con este sistema operativo, es que cuenten con apenas uno, dos o como mucho tres días de autonomía, si utilizamos sus principales funciones de una manera más o menos cotidiana. No obstante, es de esperar que con el paso del tiempo y la optimización del sistema operativo con distintos fabricantes, se pueda alargar esta autonomía, que por ejemplo, en los Apple Watch no es tampoco mucho mayor, aunque sí algo más. La alianza de Google con Samsung probablemente mejorará este aspecto, con su acercamiento a Tizen, que seguramente mejore su desempeño