No hay duda de que los relojes inteligentes están marcando la diferencia estos últimos años y el Apple Watch es uno de los más destacados entre los usuarios. Sin embargo, yo jamás me compraría uno por la penosa batería que llevan en su interior y que supone un problema para los más activos a lo largo del día, convirtiéndose en un problema muy serio.
Muchos utilizan su smartwatch para llevar un control de la actividad física que realizan a lo largo del día, así como llevar un control de los mensajes, llamadas y aplicaciones de tu móvil en la muñeca. Esta clase de funcionalidades consumen mucha batería a lo largo del día, como es lógico, aunque hay relojes con una autonomía de varios días que suponen un alivio para la gran mayoría de los usuarios. El Apple Watch no es uno de ellos y no entiendo cómo hay gente que apuesta por ellos pese a depender del cargador constantemente.
Nunca compraré un Apple Watch por su batería
Muchos de los relojes inteligentes del mercado cuentan con batería de hasta 14 días, aunque esta clase de smartwatch no están pensados para actividades tan avanzadas. Los relojes con Wear OS son lo más parecido que encontramos al Apple Watch en términos de opciones y posibilidades del sistema.
La diferencia es que gran parte del catálogo más reciente de modelos con el sistema operativo de Google cuenta con una batería de hasta casi 3 días, como es el caso del Xiaomi Watch 2 Pro, mientras que el Samsung Galaxy Watch7 supera el día de uso con suma facilidad. Esto supone una evidente humillación hacia el Apple Watch y su batería de menos de un día que te obligará a estar cargándolo cada dos por tres. Para un usuario que le proporcione al smartwatch un uso típico no debería suponer un problema debido a que no va a exprimir a fondo las capacidades del reloj, aunque para una persona deportista o que utiliza todas y cada una de las funciones del Apple Watch sí que podría acabar siendo un martirio.
No obstante, Apple promete una duración de 18 horas de uso moderado, así que para muchos puede ser insuficiente en el caso de controlar tanto la actividad física como la calidad de sueño, arriesgándote a que el smartwatch se quede sin batería en plena noche. Además, ya tenemos tantos dispositivos que cargar a lo largo del día que depender de otro cargador más con tanta asiduidad se acabará convirtiendo en un dolor de cabeza.
El único motivo por el que lo compraría
Solo hay una razón por la que el Apple Watch podría tener papeletas para convertirse en mi próximo reloj inteligente y es que mi teléfono personal fuese un iPhone. Al tener los productos de una misma marca se aprovechan todas las funcionalidades al completo gracias a la compatibilidad entre dispositivos.
Esto explica por qué muchas personas eligen el smartwatch de Apple por encima de sus competidores, los cuales no tiene prácticamente nada que envidiarle. El problema es que la experiencia de un reloj diferente a un Apple Watch con un iPhone puede ser decepcionante a causa de la ausencia de funciones disponibles. Hay que tener esto en cuenta si estás pensando en comprar un reloj.