Durante, 2 años, 24 meses o 730 días es el tiempo que tenemos garantía en los móviles. Un tiempo que puede parecer mucho en algunos casos y muy poco para otros, pero es el estipulado por la ley en España y en la Unión Europea para los productos tecnológicos, entre ellos los smartphones protegidos por las marcas que los desarrollan y fabrican.
Un tiempo que sin embargo cambiará en 2022, cuando entra en juego una nueva ley que aumenta ese tiempo hasta los 3 años, dejando en el olvido esos 2 años a los que estamos acostumbrados. La variación en la protección al comprador proviene a su vez de una evolución tecnológica, que se convierte en motivo de decisión para que contemos con un tiempo de garantía o con otro cómo vamos a conocer.
Las claves del tiempo de garantía en los teléfonos
Para comenzar a conocer los motivos que llevan a las firmas a dar actualmente esos dos años de garantía, comenzamos por los requisitos establecidos por los gobiernos. Con la intención de proteger a los usuarios, se marca ese tiempo sobre el que los fabricantes trabajan para obtener y conseguir unos mínimos para que el producto no es rompa a las primeras de cambio. Por eso, las marcas tienen que preocuparse en cuidar los materiales y probar sus smartphones contra golpes, fallos y situaciones del día a día.
Aunque no lo es todo, porque los gobiernos también deben establecer ese mínimo mediante una estrecha relación con las capacidades tecnológicas del momento, lo que provocará en 2022 el cambio mencionado para modificarlos a los 3 años. Hasta el momento la tecnología no podría superar fácilmente los dos años en la mayoría de los casos y fue ahí donde se estableció el nivel.
La resistencia al paso del tiempo en las baterías, en las pantallas o en los materiales estaba estipulada en esos dos años, pero desde hace un tiempo que muchos hemos podido comprobar que el smartphone pueden superarlo con creces. Por supuesto, se debe tener en cuenta la necesidad de renovar los productos para que las marcas ofrezcan precios más bajos, aunque haga falta renovarlos cada determinado tiempo. Esto se relaciona también con el software, donde las marcas no pueden dar durante mucho tiempo las últimas y mejores actualizaciones por la inversión que supone en desarrollo y las limitaciones del hardware.
Un cúmulo de motivos que afectan a la garantía y que terminan llevándonos al tiempo establecido de forma general.
Dos años, aunque con «peros»
Son muchos los aspectos como hemos podido ver que termina afectando y contribuyen a marcar un tiempo de garantía en concreto, aunque también debemos saber que esa garantía no siempre es tan real como nos gustaría. Dado que hay elementos que sufren un mayor desgaste o que se ven afectados de una forma más severa por el paso del tiempo, se permite a las marcas tecnológicas reducir la garantía de las baterías o de los cargadores. Unas limitaciones que no se ven afectadas si recurrimos a los seguros móviles de Vodafone, donde tendremos cobertura total ante daños y roturas accidentales, es decir, nos pagarán el precio del cambio de la pantalla del móvil en el caso de que se rompa.
Por supuesto, dentro de las garantías tampoco están incluidos los daños de los cuales el usuario sea el culpable. Si se nos cae al agua, recibe un golpe o modificamos el software a nuestro antojo, estaremos rompiendo con los límites de la garantía y nos dará igual tener 2 o 3 años, porque no formará parte de la protección que nos ofrecen.
¿Por qué algunas marcas dan más garantía?
Algo que no solo ocurre en torno a los smartphones, sino que lo hemos podido ver en colchones, marcas de coches o en lavadoras. Si el mínimo establecido es de dos años porque una gran marca iba a querer dar algo más, algo que se puede resumir en marketing y confianza. Dando más tiempo frente a sus competidores, las empresas consiguen diferenciarse del resto, algo que solo harán si están seguras de que los beneficios serán mayores que los costes.