El HTC Dream, más conocido en los EE. UU. como el T-Mobile G1, no era un teléfono cualquiera. El que se conocería como el primer Google Phone quedará en la historia como el primer móvil con Android del mundo. Se lanzó al mercado en octubre de 2008 y ahora, por fin, hemos podido echarle el guante para ver como ha cambiado el ecosistema de Google en todos estos años.
Ya por aquel entonces el teléfono presumía de una interfaz de Android bastante básica, una pantalla táctil, conectividad HSDPA y teclado QWERTY, aunque en el modelo que hemos conseguido, al tratarse de un teléfono alemán, luce un teclado QWERTZ. Por supuesto, y como puedes ver en el siguiente vídeo, no era para nada un teléfono perfecto, pues no contaba con conector para auriculares de 3,5 mm (adelantándose a Apple), es imposible grabar vídeo con él y ni siquiera cuenta con un audio reseñable.
Este teléfono no supuso un antes y un después en el mercado como supuso el primer iPhone de Apple, pero supuso el primer paso para la creación de infinidad de dispositivos unificados bajo un paraguas común, el ecosistema de Google.
Un móvil muy diferente a lo que tenemos ahora
Con 117 mm de alto por 53 mm de ancho por 15 mm de profundidad y un peso de 159 gramos, el G1 definitivamente no es que sea el terminal más elegante del mundo pero tiene una construcción sólida y presenta un acabado suave al tacto. Pese a contar co teclado físico, su pantalla es táctil y, cuando se abre el teléfono, la orientación de la misma cambia automáticamente de modo vertical a horizontal.
Su pantalla táctil es de de 3.2 pulgadas pero solo permite desplazarnos por la pantalla, nada de pellizcar para alejar o acercar el contenido. Cuenta con una resolución muy alejada de los mínimos estándares de hoy en día, con 480 x 320 px y un almacenamiento de 256 Mb (junto con una MicroSD de 1 GB), unido a una RAM de 192 MB. Curiosamente, en esta tarjeta microSD de 1GB aparecían precargadas 11 canciones.
En el móvil también se encuentra una cámara de 3 MP con la que solo se pueden hacer fotos (aunque no hay configuraciones de cámara, como balance de blancos, efectos y modos de disparo) y un GPS. Su batería es incomparable a las actuales con sus 1150 mAh, aunque gracias al tamaño de su pantalla y su resolución ofrecía una autonomía cercana a las 24 horas.
En lo que respecta a su software, lo más llamativo, el primer teléfono inteligente en ejecutar el sistema operativo Android supuso la primera vez que pudimos disfrutar de la integración con los productos de Google para móviles, incluidos Gmail, Google Maps y Google Calendar. Incluso YouTube ya aparecía en el teléfono, aunque para disfrutarlo en «máxima calidad» habría que hacer uso de una conexión Wi-Fi. Por aquel entonces también pudimos ver los primeros pinitos de Play Store, llamada en 2008 Android Market y con un número muy limitado de apps.
En definitiva, una pequeña joya nostálgica que nos hace ver lo mucho que hemos cambiado en una década.