Es muy normal que antes de gastar nuestro dinero en la compra de un móvil, queramos realizar una comparativa en caso de tener dudas entre un modelo u otro. En MovilZona solemos realizar enfrentamientos entre smartphones para ver sus diferencias y ventajas de uno sobre otro. Otra herramienta útil es nuestro comparador, que permite ver en detalle cada elemento y detalle técnico de cada modelo. Pero, ¿qué aspectos debemos tener en cuenta al comprar dos móviles?
Obviamente la respuesta a esta pegunta variará enormemente dependiendo de las necesidades de cada usuario. No es lo mismo aquel que busque una pantalla grande y de calidad porque pasa horas consumiendo contenido multimedia, que el que busca realizar las mejores fotos posibles o tener una enorme autonomía. Pero dentro de cada aspecto, una vez que tenemos claro lo que queremos, debemos fijamos detenidamente en cada tecnología.
Pantalla
Más allá del tamaño, debemos tener en cuenta aspectos como la resolución. Es posible que queramos la mejor calidad posible, pero ¿merece la pena una resolución QHD+ para una panel de poco más de seis pulgadas? Muchos fabricantes han abandonado esta opción reservándola solo para los smartphones más potentes y caros del mercado, en post de una mejor batería. Un ejemplo lo tenemos en el reciente Galaxy Note 10, que tras años contando con una resolución QHD+, ha pasado a tener una pantalla FullHD+.

Debemos fijarnos también en la densidad de píxeles que ofrece la pantalla y en su tecnología. Por ejemplo, los paneles AMOLED (Active Matrix Organic Light Emitting Diode ) tienen algunas ventajas claras sobre los paneles LCD, ya que son más finos que los LCD al estar formados por pequeños LEDs orgánicos que emiten luz solo cuando la corriente circula por ellos. Por tanto consumen menos energía y muestran colores más fieles.
El diseño es un aspecto vital, que puede determinar decantarnos por un móvil u otro. La necesaria inclusión de la cámara frontal, al tiempo que los móviles van haciéndose cada vez más finos, ha provocado que los fabricantes busquen soluciones que afectan a la estética del dispositivo. Por tanto encontraremos paneles con “notch” o ceja en su parte frontal, que puede ser más pequeño o grande dependiendo del modelo y marca. También podremos encontrar paneles con la pantalla agujereada donde se situará la cámara frontal o paneles todo-pantalla con cámara frontal emergente. Al ser algo que veremos todos los días, conviene elegir el diseño que más nos guste.
No todo son megapixels
La industria nos ha demostrado que no más cámaras o más megapixels es mejor. La optimización del software o las capacidades del procesador o el sistema operativo son vitales, además de la pantalla que nos mostrará los resultados. Es importante también fijarnos en el fabricante del sensor, por si en el pasado hubiésemos tenido un mejor o peor resultado. En líneas generales, Sony, Samsung y OmniVision se reparten el pastel de los sensores para dispositivos móviles.

Además de la cantidad, tenemos que tener en cuenta la calidad y las opciones de cámara que nos ofrece el fabricante. Es decir, podemos tener un móvil con triple cámara y sensor de 48 megapixels que hace unas fotos horribles de noche, mientras que quizá contemos con opciones más económicas que ofrezcan un modo noche decente con la mitad de hardware. Los Píxel 3 de Google son un ejemplo viviente de esto. En ocasiones los móviles con menos megapixels consiguen mejores resultados, ya que debemos fijarnos en otros factores además de los números grandes, como la apertura o las capacidades de autoenfoque. Contar con el apoyo de un flash o doble flash LED también puede ser un aspecto a tener en cuenta si realizamos fotos en condiciones de luz adversas.
El cerebro y la memoria
En el procesador no parece haber mucho misterio, es decir, el último modelo es más rápido e inteligente que el anterior y consume menos energía. Esto es en la gran mayoría de los casos. Debemos por tanto, fijarnos si un procesador determinado satisfará nuestras necesidades. Quizá no necesitemos el último Snapdragon 855, cuando tenemos una gran oferta en un móvil que hace solo un año era un buque insignia que lucía el Snapdragon 845. Hay que tener en cuenta que por ahora, el hardware avanza bastante más deprisa que el software, por lo que podrás jugar al juego más exigente del mercado con un procesador de hace varias generaciones. En estos momentos comenzamos a ver otros elementos a tener en cuenta como la refrigeración liquida, presente mayormente en móviles considerados “gaming” y que alargan la vida del procesador al tiempo que exprimen al máximo su rendimiento evitando que se caliente en exceso.
Las memorias internas han avanzado mucho en los últimos tiempos, por lo que ahora no basta con mirar si contamos con 64, 128 o 512 GB. La velocidad de lectura determinará cuán ágil se moverá nuestro smartphone en las tareas de lectura. En este sentido, la tecnología UFS llegó para sustituir las antiguas memorias eMMC. Si entramos en detalle en el almacenamiento a la hora de comparar, podremos ver si cuenta con UFS 1.0, 2.0 o 3.0, que es la más rápida disponible actualmente en el mercado.
La batería tiene miga
La autonomía ha sido la asignatura pendiente de los fabricantes de smartphones desde hace años. Nunca se ha logrado alcanzar la autonomía que lucían los móviles de comienzos y mediados del milenio, mayormente por el crecimiento de las pantallas y su consumo. La balanza va poco a poco equilibrándose y los fabricantes son capaces de introducir baterías con más miliamperios en un menor tamaño. Es fácil encontrarnos con terminales de gama media con entre 4.000 0 5.000 mAh, lo que asegura al menos un día completo alejados del cargador.
Pero también debemos tener en cuenta las tecnologías de carga, que se están convirtiendo en un nuevo campo de batalla. Ya no basta con tener mucha capacidad de batería, ahora deben cargarse a la velocidad del rayo. Es habitual encontrar términos como «compatible con carga rápida de…» y en estos casos podemos encontrarnos cargas de 10, 15, 18, 22, 27 o 30W. De esta potencia dependerá la velocidad de la carga. También debemos fijarnos en otro tipo de avances muy presentes hoy día como la carga inalámbrica o la carga inalambrica inversa, que permite cargar otros dispositivos compatibles. Estos aspectos no suelen aparecer en las ficha técnicas cuando vamos a comprar un móvil, pero deberían aparecer si indagamos un poco en sus prestaciones. Es posible que dudemos entre dos móviles del mismo precio y que tengan la misma capacidad de batería. Si vemos que uno cuenta con carga ràpida y el otro no, la decisión estará entonces tomada.
Conexiones rápidas o menos rápidas
En cuanto a las conexiones, ningún smartphone del mercado carece de Wi-Fi o Bluetooth. Pero hay otros elementos importantes a la hora de comparar dos móviles. Ahora que el NFC comienza a despegar puede estar bien echar un vistazo para ver si el móvil que queremos lo tiene. El estándar Bluetooth ha llegado a la categoría 5, que cuenta con la tasa de transferencia y rango más potente. Tampoco basta con saber que nuestro móvil es compatible con redes de alta velocidad LTE, ya que existen diversas capacidades dependiendo de la categoría. Por ejemplo, los móviles más avanzados del mercado con 4G, como el S10 o el Note 10 cuentan con un módem con una velocidad máxima de bajada de 2 Gbps (LTE Cat.20) y una de subida de 150 Mbps (LTE Cat. 13). Son velocidades que posiblemente no podamos alcanzar con nuestra tañida de datos o conexión a Internet, pero que tenemos que tener en cuenta de cara al futuro.
El Sistema Operativo importa
No deberíamos fijarnos solo en el sistema operativo, si no es su versión y posibilidades de actualización. En el caso de Android, hay muchos cambios de una versión a otra, por lo que escoger siempre la última versión es una decisión acertada. Si no es así, debemos tener en cuenta que la versión no sea muy antigua y si tiene pasividades de actualizarse. Además, es raro el fabricante que no introduzca su propia capa de actualización, algo que puede ser determinante para la compra. Un móvil puede variar su funcionamiento en gran medida en caso de usar One UI, MIUI, EMUI, OxygenOS o cualquier otra capa de personalización basada en el sistema operativo de Google.