Estamos a punto de vivir una nueva revolución en las comunicaciones como consecuencia de la llegada de las redes 5G, que no solo serán beneficiosas en nuestro día a día por su gran velocidad. También habrá un lado oscuro inherente a una tecnología tan potente como esta. Algo que ha llevado al Gobierno de Bruselas a impulsar un plan europeo que neutralice esos riesgos.
Desde hace varios meses Estados Unidos libra una intensa batalla comercial contra China, en la que hemos visto a empresas chinas emblemáticas como ZTE o Huawei bajo la lupa de sus autoridades. Una lupa que ahora también va a utilizar Europa para analizar los riesgos de las redes 5G y las implicaciones que podrían tener en los estados miembros. Y como es lógico, todos miran ya a Huawei y su predominante posición en el mercado de redes, sobre todo en Europa, que hasta ahora no ha mostrado beligerancia ante la compañía china.
China, el gran riesgo detrás de las redes 5G
Aunque a nivel comunitario aún no ha habido represalias ni medidas contra Huawei, algunos países europeos sí que han vetado ya la presencia de los móviles e infraestructuras de la firma china en el desarrollo del 5G. Algo que sin duda supone una vuelta de tuerca en la difícil relación que está teniendo la empresa china con diferentes gobiernos en todo el mundo, tras las reticencias por parte de Estados Unidos de hacer negocios con esta empresa, por el riesgo que puede suponer para la seguridad nacional. Precisamente es la implicación de terceros países, en clara alusión a China, en el desarrollo de infraestructuras tan importantes como el 5G la que ha llevado a Bruselas a impulsar un plan conjunto para que todos los países aborden la creación de esta nueva infraestructura de manera coordinada.
Aunque de momento no hay referencias expresas a China y sus móviles, especialmente Huawei, es evidente que detrás de este impulso por parte de Bruselas se encuentra el temor a que las redes de comunicaciones móviles más avanzadas puedan estar controladas por países en torno a los que existen serias dudas en cuanto a la seguridad de los datos que manejan. La Comisión Europea ha hablado claramente del riesgo para la seguridad de la Unión Europea que supone la participación de países como China en infraestructuras tan importantes como son las redes 5G. Por tanto, al tratarse de un sector estratégico, es necesario que la respuesta de la Unión Europea a este desafío sea coordinada. En consecuencia ha pedido a los países miembros que antes del 30 de junio ofrezcan su propia valoración del riesgo que suponen estas infraestructuras de comunicaciones 5G.
Con un mundo cada vez más conectado y donde la ciberseguridad es ya tan importante para los gobiernos como la defensa militar, son los estados miembros de la Unión Europea los que tendrán que evaluar estos riesgos y proponer las mejoras que sean necesarias en el sistema para que este sea lo más seguro posible. Europa quiere que los estados miembros trabajen estrechamente con la Agencia Europea para la Ciberseguridad y la Comisión Europea para hacer un análisis completo que enumere los riesgos de estas infraestructuras 5G antes del próximo 1 de octubre.
Una año después ser volverá a evaluar la situación del despliegue y funcionamiento de estas redes 5G en Europa y se valorará si es necesario ir más allá para garantizar la seguridad de estas redes. En este punto juegan un papel determinante los controles de seguridad de las nuevas redes 5G, con el objetivo prioritario de poder señalar a aquellos proveedores de redes o productos que utilicen en 5G que sean potencialmente inseguros para la seguridad de la Unión Europea. En este contexto sin duda la telefonía móvil juega un papel determinante, ya que es el vehículo que portarán con este tipo de comunicaciones 5G decenas de millones de europeos durante los próximos años.
Los móviles chinos, en el punto de mira
Desde que Estados Unidos prohibiera las relaciones comerciales entre ZTE y las empresas norteamericanas, como Qualcomm, que obligó al fabricante chino a paralizar la fabricación y venta de algunos de sus móviles, las sospechas respecto de la seguridad que ofrecen los móviles chinos no han dejado de sucederse. El principal miedo de muchos gobiernos en todo el mundo es que tanto los móviles como equipos de redes chinos envíen información sensible a servidores chinos de forma velada.
Aunque Huawei ya ha asegurado una y mil veces que sus operaciones son seguras y no hay razón alguna para temer por la seguridad, este movimiento de la Unión Europea vuelve a mostrar el escepticismo de las autoridades occidentales con las compañías de comunicaciones chinas. Más cuando los móviles chinos están copando los primeros puestos de ventas en todo el mundo, con Huawei habiendo superado a Apple y cerca de poder superar a Samsung. Dejar en manos de empresas chinas gran parte del mercado de móviles y de las infraestructuras de redes como el 5G, sin duda es uno de los principales hándicap a los que tendrá que enfrentarse occidente en el próximo lustro.