Samsung acaba de presentar uno de los teléfonos más esperados del año, su nuevo buque insignia, el Samsung Galaxy Note 8. Aunque acaba de ser presentado, ya hemos podido tenerlo entre las manos, probarlo, ver cómo funciona y dar nuestra opinión del Samsung Galaxy Note 8, más allá de todas las características que ya conocemos.
No son suposiciones teniendo en cuenta sus características (ya oficiales y que ya hemos publicado), hemos tenido entre las manos el Samsung Galaxy Note 8., lo hemos probado y aunque pronto podremos tener un análisis a fondo del móvil, ya podemos hablar de cómo ha sido nuestra primera toma de contacto con el teléfono.
Grande pero manejable
Samsung ha puesto mucha dedicación en el diseño del Samsung Galaxy Note 8 y finalmente lo ha conseguido. La pantalla con bordes muy finos y un móvil, en general, con un aspecto totalmente premium. El móvil, además, es bastante ligero y delgado (Unos 195 gramos de peso y 8 milímetros y medio de grosor) por lo que es fácil de coger gracias a la curvatura del teléfono y de la pantalla.
Pese a que tiene una pantalla de 6’3 pulgadas que puede parecernos demasiado grande, cabe en el bolsillo. Al ser una pantalla prácticamente sin bordes no hay grandes diferencias con otros teléfonos de 5,5 pulgadas o 5,7 pulgadas cuyo tamaño final es más o menos el mismo. Es cómodo de usar, cabe en el bolsillo de unos pantalones vaqueros normales y disfrutaremos del contenido en superpantalla.
Al igual que el modelo anterior, Samsung confirma que el Samsung Galaxy Note 8. es resistente al agua con certificación IP68. Además, podemos utilizar el SPen aunque la pantalla del teléfono esté mojada y funcionará con total precisión.
El lector de huellas es un punto negativo en el Samsung Galaxy Note 8. La marca lo ha colocado en el módulo de la cámara del teléfono, en la parte trasera. Un lugar bastante incómodo para desbloquear el teléfono con el dedo cuando vayamos a usarlo ya que no siempre es fácil llegar con el índice a la parte de arriba del móvil.
Mejor rendimiento y cámara dual
El Samsung Galaxy Note 8 llega con un procesador Exynos 8895 con 6 GB de memoria RAM. Un rendimiento mejorado que el que teníamos en el Galaxy S8, por ejemplo y que permite la multitarea y la productividad del teléfono con fluidez.
Las aplicaciones del móvil cargan rápido, nos podemos desplazar por las pantallas sin ningún problema ni el efecto jelly que apareció en el OnePlus 5 en su lanzamiento.
El teléfono tiene una batería que, a priori, puede resultar escasa. Unos 3.000 mAh que son suficientes para que la vida del teléfono aguante un día completo. Una batería que se reduce con respecto al Samsung Galaxy S8 para tener, a cambio, el S-Pen en el teléfono.
La cámara doble del Samsung Galaxy Note 8 es uno de sus atractivos. Una de las características que diferencian al teléfono del Samsung Galaxy S8 Plus, por ejemplo. Hemos probado el Modo Retrato del teléfono y, aunque solo es una primera toma de contacto, funciona bastante bien. No se trata de algo innovador que no hayamos visto ya pero, por ahora, tiene nuestra aprobación.
Tendremos que esperar al análisis completo del teléfono para ver de lo que es capaz la primera cámara dual de Samsung y cómo se ha esforzado el fabricante para destacar.
La precisión que le falta a tu dedo
El S-Pen es una de las características más destacadas del Samsung Galaxy Note 8. Y con motivo. Nos permite hacer muchas más cosas que no podemos hacer en el resto de móviles usando nuestro dedo. Y si no queremos usarlo en nuestro día a día, no nos molestará. El lápiz está perfectamente incorporado en el cuerpo del teléfono sin que sobresalga prácticamente nada y podemos usar el móvil como cualquier otro móvil normal. Pero también tomar notas, dibujar, escribir sobre la pantalla o incluso colorear con precisión.
El S-Pen funciona como un bolígrafo normal, podemos escribir sobre el móvil de forma fluida como si estuviésemos escribiendo sobre papel e incluso si la pantalla está mojada. Una característica que hace que el teléfono, sin duda, valga la pena por las posibilidades que nos permite. La precisión que le falta a nuestro dedo, la conseguimos con el S-Pen en una pantalla que, al ser tan grande, incluso agradecemos una extensión de nuestro dedo para llegar a todas partes.