Hace años los alicientes para cambiar de teléfono se producían en etapas más dilatadas en el tiempo. De pantallas monocromo a color, tamaños “ladrillo” a modelos más compactos o el factor de forma (tipo concha) fueron saltos generacionales que nos impulsaron a renovar terminal…Ahora, el rápido avance de la tecnología y la estrategia de los fabricantes y operadoras a la hora de introducir novedades de forma gradual propician que nos veamos seducidos y arrastrados a renovar con más asiduidad. ¿De cuánto tiempo estamos hablando? ¿Cuál es la periodicidad más habitual para comprar un nuevo smartphone actualmente? Y tú, ¿cuántos meses o años mantienes un modelo concreto hasta que te entra otro por los ojos tanto como para adquirirlo?
Los smartphones han llegado para quedarse. El porcentaje de éstos frente a los móviles tradicionales es apabullante, máxime en un mercado como el español donde el efecto es más notable. Esta tendencia propicia que se generen debates como el que os proponemos a continuación. Y es que en un país como España donde predominan los teléfonos inteligentes, donde la tasa de penetración es tan elevada, surge la pregunta del millón: ¿cada cuánto tiempo cambias de smartphone?
Diferentes perfiles que condicionan el mercado
Lo cierto es que, muy seguramente, un elevado porcentaje coincida en sus preferencias. Y será así por la pura dinámica del mercado. Y es que más allá de las novedades lanzadas por el fabricante, los operadores tienen mucho que decir en este debate. ¿Por qué? La razón es sencilla. Tradicionalmente hemos asociado la adquisición de nuevos teléfonos a nuestra operadora puesto que hubo una larga temporada en la que el mercado de las mismas giraba en torno a los teléfonos “gratis”, de “regalo” y a cero euros al contratar ciertas tarifas. Las grandes teleco configuraban un catálogo de tarifas con precios que nada tenían que ver a las actuales, al menos si valoramos las prestaciones y servicios que ofrecían y ofrecen actualmente. Para justificar esta estrategia comercial podríamos recurrir al dicho de “Ya te lo cobran”. Es decir, ofrecían smartphones a coste cero, pero la operación se equilibraba con el precio de las tarifas. Y aquí viene el elemento clave de la encuesta, el compromiso de permanencia. Estas ofertas estaban sujetas a, en la mayoría de los casos, la obligación de mantener la tarifa y permanecer en la compañía durante dos años. Así pues, son muchos los usuarios que asocian el cambio de terminal con la finalización de la permanencia.
En estos momentos podríamos extrapolar la situación con el modelo comercial implantado actualmente. Y es que, sin centrarnos en los motivos que llevaron a las operadoras a cambiar la estrategia de smartphones a cero euros (aunque a día de hoy siguen existiendo algunas modalidades que siguen aprovechando esta herramienta de marketing), el pago a plazos condiciona el tiempo que transcurre desde que compramos un smartphone hasta que podemos renovarlo. Y es que la financiación de smartphones sobre la que se sostiene mayoritariamente la estrategia comercial de las compañías, con pagos fraccionados mensualmente, vuelven a condicionar la frecuencia con la que cambiamos de smartphone. Por tanto, nuevamente un amplio sector de los clientes compra un nuevo smartphone cada dos años, 24 meses, el tiempo que suelen ofrecer las teleco para pagar un terminal a plazos.
Sin embargo, dentro de la fracción de usuarios que optan por la adquisición de terminales a través de las operadoras, existe a su vez un grupo que opta por aprovechar ese terminal adquirido mediante financiación o pago único hasta que deje de funcionar, sin renovar una vez finalizado ese ciclo de los dos años “impuesto” por la modalidad de pago. Salvo situaciones obligadas en las que el coste del arreglo no compense mantenerlo, este tipo de usuarios puede extender el periodo para adquirir un smartphone más allá de los dos años.
Por último, podemos identificar un tercer frente, el de aquellos que optan por renovar su smartphone cada año o incluso cada menos tiempo. En estos casos las novedades que lanzan los fabricantes sí supone el mayor aliciente. A este respecto cabe indicar que el usuario se ha vuelto más exigente y cada vez existen más personas que deciden adquirir un smartphone por iniciativa propia, más asiduamente, sin que sus opciones estén condicionadas a la oferta comercial de la operadora. Y es que, de hecho, el precio ofrecido por distribuidores es significativamente más bajo que el oficial, cifras con las que habitualmente trabajan las operadoras, por lo que es otro motivo que arrastra y facilita económicamente hablando el cambiar antes de equipo. Aun así, este grupo de usuarios supone un porcentaje mucho más reducido que el que acaparan los dos anteriores.
Menos de un año, un año, dos años o más…
Y tú, ¿en qué situación te identificas? ¿Cambias de teléfono cuando la operadora está en situación de ofrecerte un nuevo terminal? ¿Eres de los que no le das importancia a este tipo de dispositivos y te conformas con uno hasta que se rompe? O, por el contrario, ¿eres un apasionado de los smartphones y estás deseando probar cada nuevo modelo que aparece en el mercado? ¡Esperamos tu opinión! No olvides que también puedes acceder a los foros de MovilZona donde puedes debatir este tema y otros muchos relacionados, así como preguntar cualquier otra duda al respecto.