Hubo un tiempo, sobre todo entre los años 2013 y 2014 (con el Xperia Z de Sony todo se disparó), donde parecía que el futuro de los móviles pasaba obligatoriamente por convertirlos a todos en resistentes a los líquidos y al polvo, para evitar los típicos chapuzones involuntarios que convierten nuestro flamante smartphone en un bonito pisapapeles para los apuntes de la universidad. Pues bien, esa revolución no ha llegado e incluso parece que se detiene… ¿o no?
Esta misma semana hemos visto cómo Samsung y HTC han presentado sus tope de gama y ninguno de ellos ha presumido de ser resistente a los líquidos. Tanto los coreanos como los taiwaneses han preferido mirar para otro lado, pero lo más llamativo ha sido el movimiento realizado por los padres del Galaxy, que el año pasado con el S5 se afanaron por hacer un móvil sumergible y este año ya no.
Apple se interesa por la resistencia al agua
Así que si algo pierde interés, ahí está Apple para devolverlo a la primera plana de las noticias y la de hoy tiene que ver con patentes que los Cupertino están desarrollando para conseguir que todos sus dispositivos, móviles, tablets, ordenadores, etc., no dejen de funcionar por un simple chapuzón.
¿Eso quiere decir que los próximos iPhone tendrán esta característica? Para nada, suena más a que ‘lo están mirando’ y como suele ser característico en ellos, están abordando las soluciones a estos problemas desde una óptica bien distinta a la del resto.
Componentes protegidos e hidrofóbos
Tanto Sony como Samsung o todos lo que han flirteado con los móviles sumergibles en agua lo que han hecho ha sido blindar el terminal para evitar que una sola gota entre en su interior. Esto seguramente que tiene consecuencias en el diseño, lo que no permitiría realizar ciertas cosas a las que Apple no está dispuesto a renunciar. Así que, ¿qué puede hacer?
Pues convertir los componentes internos como la placa donde está el ‘core’ del móvil en hidrófobos, aplicando una capa protectora de apenas unas micras de grosor que permitirían a Apple no tener que necesitar mucho más espacio para desarrollar sus diseños. Es decir, protegiendo los componentes, dará igual si entra agua en el terminal y por lo tanto, en el exterior podrán seguir haciendo las cosas como les gusta a los de Jony Ive.
Este blindaje no solo afectaría a los componentes, sino a todo el entramado de cables del interior. En ese punto, Apple podría tirar de silicona para sellar todas esas juntas y conexiones donde las distintas placas y componentes se entrelazan, haciendo que la parte más endeble del terminal quede a salvo de cualquier accidente.
Visto así tiene todo el sentido pero, ¿podrán llevarlo a cabo próximamente?
Fuente: Apple Insider