Para los más adinerados, esos a los que llaman ricos de verdad, el iPhone o el Prada son teléfonos que no les excitan nada. Ellos necesitan algo más, algo único. Para ellos existe Vertu, una firma a la que no le va nada mal.
Recientemente la revista BusinessWeek analizaba en un brillante artículo por qué existía Vertu, la firma de teléfonos de precios ultracaros. Una firma que cuenta entre sus seguidores al futbolista David Beckham, a la actriz Sigourney Weaver, al actual presidente de la FIA y ex-Ferrari, Jean Todt y a toda una ristra de jequés y ricos asiáticos. La verdad es que con los tiempos que corren es curioso ver como los móviles que más cuestan son, salvando las distancias, los que mejor se venden. La aventura de Vertu se inició en 1998 y se puede decir que es la única marca que móviles de lujo a día de hoy ofrece una continuidad de modelos y toda una filosofía de atención al cliente detrás. Si bien Tag Heuer está dando los primeros pasos en mercado con cierto éxito.
Contra el StarTAC
El alma mater fue Frank Nuovo, hasta entonces jefe de diseño mundial de Nokia convenció al consejo de dirección de la firma para dar un paso más en la telefonía. Nuovo es el responsable de la gran aceptación de los diseños de Nokia en los últimos años. Sus diseños fluidos, lejanos a lo que ofrecía por aquel entonces Motorola, Nec o Siemens, encumbraron a la firma en todo el mundo. Además, Nuovo trazó las formas de los primeros Nokia de gama alta, una revolución para el momento y los primeros en hacer sombra a los hasta entonces intocables StarTAC.
Estaban solos
En 1998 solo había pequeños joyeros que a base de cargar de materiales preciosos determinados modelos de gama alta colmaban las ansias de los futbolistas y nuevos ricos. Uno de ellos era Peter Aloisson quien todavía hoy sigue llenando de diamantes las carcasa de los modelos más o menos normales como un iPhone, un Nokia E51 o cualquiera de los Motorola de la serie Razr. Eso sí, a precios de hasta 120.000 euros por teléfono.
Hecho a mano
Vertu por el contrario apostó por una receta menos estridente pero más firme. Reclutó en una fábrica en el Reino Unido a un grupo de artesanos de la relojería, el cuero y el metal para realizar cada modelo a mano. Evidentemente usó los modelos de Nokia como base y creó un servicio de atención al cliente personalizado al que llamo Concierge. Este servicio de pago consiguió en tres años cien clientes y consiste en un mayordomo personal durante 24 horas al que le puedes pedir lo que quieras, ya sea una mesa en el restaurante de moda de Monte Carlo, un avión para viajar a Nueva York o un ramo de flores para esa mujer que adoras y que vive al otro lado del mundo. En cuanto a los teléfonos, decir que los materiales son de primera, los teclados, por ejemplo, están tallados por láser con un sistema patentado por Vertu, y hasta la firma te puede hacer una copia de seguridad de tus datos en un antiguo búnker de la Segunda Guerra Mundial.
200.000 teléfonos al año
Según la consultora Strategy Analytics, Vertu vende nada menos que 200,000 unidades al año con un precio medio de 5,400 euros. Es decir casi 1.100 millones de euros o lo que es lo mismo, el 3% de lo ingresos de Nokia. Su presidente, Alberto Torres, asegura que a pesar de la crisis sus ventas han subido un 120% este año. Nada comparado con la subida del 140% que la firma registró en 2006 por aumento de operaciones en Russia, China y Oriente Medio. Por si fuera poco sus productos se venderán en USA un 200% más y el mercado japonés, en el que entraron hace un año, las ha recibido con las manos abiertas. En Japón incluso se han permitido el lujo, nunca mejor dicho, de crear su propio operador virtual con el nombre de la firma, para que sus acaudalados clientes elijan las tarifas y los servicios de valor añadido especialmente diseñados para ellos.
Aspiracional
Como hemos podido ver a Vertu le va de cine cuando medio mundo vive asfixiado por la crisis económica. Una crisis que parece terminar en la frontera que hay entre los ricos y los pobres. Un móvil, un servicio, una firma y una manera de fusionar la telefonía y el lujo que guste o no, ha funcionado de maravilla.
Los precios pueden llegar a los 12.000 euros por unidad