Una de las preguntas más frecuentes que tienen los usuarios a la hora de comprar un móvil tiene que ver con la durabilidad a largo plazo de los dos principales ecosistemas de telefonía inteligente: iPhone y Android. En este artículo, vamos a indagar sobre los diferentes apartados que componen los smartphones para determinar la respuesta a esta incógnita que tanto ha dado de qué hablar.
La gran mayoría suele pensar que un iPhone dura más que un teléfono Android y que, por lo tanto, es una mejor alternativa a largo plazo. Sin embargo, estas afirmaciones suelen estar basadas en una valoración general y no específica de los componentes. Este es el principal error que comete todo el mundo a la hora de juzgar ambos dispositivos, así que conviene establecer diferencias en algunos de sus aspectos.
Batería: Android es el claro ganador
La batería es un componente esencial para la durabilidad de cualquier smartphone que nos acompaña a lo largo del día. En general, los móviles Android tienen baterías más grandes en comparación con un iPhone de Apple, lo que les brinda una mayor autonomía para ofrecer una duración más amplia. Además, los primeros cuentan con una carga rápida de más velocidad que permite cargar el teléfono hasta en 15 minutos.
Sin embargo, Apple ha optimizado su hardware y software para maximizar la eficiencia energética de sus dispositivos. Esto compensa la diferencia de batería entre un iPhone y un Android, aunque merece la pena destacar que la autonomía de algunos modelos de la compañía de Cupertino ha sufrido problemas de batería a largo plazo.
Pantalla: sin diferencias a la vista, salvo que se te caiga
La duración de la pantalla a largo plazo es otro factor importante que hay que considerar. Por norma general, la amplia mayoría de móviles inteligentes actuales equipa una pantalla AMOLED u OLED salvo excepciones de gama de entrada que emplean un panel LCD. Esto quiere decir que la calidad de reproducción es óptima en ambos ecosistemas, garantizando unos colores muy brillantes.
El aspecto diferencial está en que Apple ha nutrido sus iPhone de un vidrio reforzado que mejora drásticamente la resistencia de la pantalla. En Android también nos encontramos con los populares Gorilla Glass, que también ofrecen una mayor durabilidad frente a golpes y caídas. Podríamos pensar que, en este apartado no hay tanta diferencia, ya que las pantallas que utilizan comparten algunas de sus características, pero la realidad es que los iPhone siguen siendo teléfonos muy frágiles.
Si pasas de Android a iOS y se te ha caído tu móvil de Google previamente, sobreviviendo al golpe, no esperes que suceda lo mismo con el iPhone. Comprar una funda anticaídas es casi obligatorio si quieres que tu teléfono de Apple te dure tanto tiempo como lo hacen sus actualizaciones. Y es que los teléfonos de Apple son absolutamente débiles al momento de caerse, por lo que cualquier caída o incluso un despiste que pueda hacer que el móvil se raye, no será en absoluto recomendable.
Actualizaciones: no habaía color con los iPhone, hasta que…
Las actualizaciones del sistema operativo son fundamentales para mantener un móvil seguro y disfrutando de las últimas novedades del momento. En este aspecto, los equipos de Apple tienen, o mejor dicho, tenían una clara ventaja. La marca estadounidense suele proporcionar actualizaciones de software entre 6 y 8 años para sus iPhone, lo que asegura un teléfono a largo plazo durante mucho tiempo. Sí que es cierto que cuando hay muchos teléfonos en la misma generación, nos acabamos encontrando con que los más TOP de la generación, duran lo mismo que el más ‘normal’, por lo que en cualquier caso, igual sea algo que no nos guste si hacemos un gran desembolso.
Por otro lado, la situación de las actualizaciones de Android es más compleja debido a la variedad de fabricantes y modelos en el mercado. Todo depende si se trata de un smartphone de gama baja, media o alta, pero en el mejor de los casos, hasta que Google levantó la mano, los móviles Android recibían nuevas versiones del sistema de Google durante 4 años como mucho. Una diferencia abismal que equilibra la balanza a favor de Apple.
Lo que pasa es que los últimos Pixel 8 de Google han dado la vuelta a esta situación y ahora prometen hasta 7 años de actualizaciones. Esto hace que ahora haya casi un empate técnico entre Apple y Android, de no ser porque solo son los Pixel los que disfrutan de esta ventaja.
Los iPhone son teléfonos que están mucho menos fragmentados que los smartphones que funcionan con el sistema operativo de Google, y eso se nota a la hora de lleva las actualizaciones a casi todo su catálogo. En Android, al haber miles de modelos, solo unos pocos van a superar los 4 o 5 años de soporte, como son los nuevos Xiaomi 13T, los Galaxy S de gama alta o estos mencionados Pixel. Es de imaginar que pronto más marcas se sumaran a esta ampliación del periodo de actualizaciones para que Apple no destaque tanto en este aspecto.
Rendimiento: gana iPhone, pero Android cumple
El rendimiento es una cualidad crucial para los usuarios, quienes no quieren que su smartphone funcione lento o experimente ralentizaciones. Los iPhone vienen equipados con los procesadores más potentes del momento, asegurando una velocidad increíble a la hora de ejecutar cualquier app. En Android la cosa es muy distinta, pues solo los dispositivos de gama alta presumen de una experiencia similar.
A largo plazo, un iPhone te promete un mejor funcionamiento debido a que la optimización de Apple es impecable. Esto es gracias también a las actualizaciones del sistema durante tantos años, mientras que en Android dejarán de recibir versiones con más antelación, lo que los deja fuera de juego cuando sufren problemas de rendimiento que un parche debe corregir. Eso sí, en el momento en el que el iPhone comienza a tener problemas con el rendimiento, estos serán mucho mayores, ya estaremos ante una ralentización mucho mayor del dispositivo móvil así como un problema de calentamiento constante, lo que puede acabar provocando daños increíbles a nivel interno.
¿Y las cámaras?
Las cámaras envejecen igual de bien como igual de mal independientemente de si tienes un iPhone que un Android. Todas van a hacer las mismas fotos con el paso del tiempo a menos que destroces el cristal que protege las lentes, en cuyo caso sí que estarás en un problema.
Por lo general, el apartado fotográfico poco o nada tiene que ver con la durabilidad de un iPhone o un Android. Diferente es el hecho de que con el tiempo acabemos rompiendo alguno de estos apartados, como es el caso de las cámaras de los iPhone. Y es que al tratarse de módulos tan protuberantes, puede acabar siendo un problema para nosotros en el caso de que se nos caiga o tengamos cualquier tipo de problema con ellas, ya que de manera normal, suele ser más fácil que se rompan estas.
Conclusión
Queda claro tras este análisis que no hay un móvil concreto que dure más y es que tanto iPhone como Android prometen aspectos positivos y negativos. Por ejemplo, si quieres una batería de mayor duración y una carga rápida ultra veloz, comprar un teléfono Android es la solución, ya que estos son mucho más baratos a nivel general. Además, la vida útil de las celdas de iPhone, inexplicablemente, caen abruptamente al cabo de unos pocos meses y puedes encontrarte con que, al cabo de un año, la salud de la celda de tu flamante teléfono de 1400 euros se ha reducido al 85%.
En cambio, cuando hablamos de gama alta, la cosa se pone tensa. En cuanto a rendimiento, el procesador propio de Apple está por encima de los mejores Snapdragon de Android, aunque esto tampoco es algo que vayas a notar excesivamente. De modo que todo queda relegado al soporte de actualizaciones, donde los iPhone de Apple presumen de un mayor rendimiento a largo plazo, permitiendo a los usuarios no cambiar de móvil durante más tiempo. Es cierto que marcas como Samsung y Google están haciendo un excelente trabajo prometiendo muchos más cambios de sistema operativo, pero aún están un escalón por debajo.
Además, hay que tener en cuenta algo más: la revalorización de móviles. cuando hablamos de la pérdida de valor, o la ganancia del mismo, hay varios factores que pueden influir en el valor de reventa de un dispositivo. Por lo general, los iPhones tienden a mantener mejor su valor con el tiempo en comparación con los dispositivos Android. Esto se debe a varias razones, incluyendo la alta demanda de iPhones en el mercado de segunda mano y la percepción de que los productos de Apple tienen una mayor calidad y un ecosistema más cerrado que fomenta la lealtad del cliente.
Además, Apple sigue ofreciendo más actualizaciones de software durante un período más largo que muchos fabricantes de dispositivos Android, salvo los citados, lo que puede hacer que los teléfonos de Cupertino sean más atractivos para los compradores de segunda mano.
Sin embargo, algunos dispositivos Android de gama alta también pueden mantener bien su valor, especialmente aquellos que vienen de marcas reconocidas con un historial de actualizaciones regulares y un buen soporte postventa, es decir, los equipos de Samsung, Google y Xiaomi.