Aunque todo pensamos que sabemos cómo cargar el teléfono móvil bien, puesto que se trata en un principio de algo muy sencillo, te puedes llevar una sorpresa por todo lo que te vamos a explicar. Existen muchos mitos en torno a la carga del dispositivo que poco a poco con el tiempo se han ido asentando en nuestro día a día y eso provoca que las baterías terminen mermándose y estropeándose antes de lo que nos gustaría.
Para que no tengas que reemplazar la batería del smartphone a los pocos meses de comprarla y sigas sin ser consciente de los daños que puedes causarle, te vamos a mostrar todo lo has hecho mal hasta la fecha. Algo que debemos tener muy presente y que debemos comenzar a corregir de inmediato, porque la batería no está protegida todo el tiempo que dura la garantía por los fabricantes y puede costarnos un duro golpe al bolsillo.
Cargadores chinos y no certificados
El principal mal con el que podemos estar afectando al teléfono móvil a la hora de cargarlo tiene que ver con el cargador que utilizamos. Ahora que cada vez es más común que el transformador no venga en la caja, podemos recurrir a cualquiera que tengamos por casa o el primero que veamos en una tienda. Estos pueden ser de ayuda en una ocasión concreta, pero no debería ser la norma general.
Al no estar aprobados por el sistema de carga rápida de nuestro smartphone, van a recargarse mucho más lento y además puede provocar fallos de corriente que dañen las celdas. Para asegurarnos de que no sucede, será mejor buscar el que de verdad está preparado para cargar el teléfono y así de paso aprovechar la máxima velocidad sin correr riesgos innecesarios.
Dejarlo enchufado siempre
Aunque las baterías han evolucionado a pasos agigantados en los últimos años y ya tenemos que preocuparnos menos por el deterioro de las celdas, dejar el móvil mucho tiempo cargando sigue siendo una práctica que es preferible evitar. No porque vaya a tratar de cargar el teléfono más allá de sus posibilidades, pero sí porque utilizarlo mientras está conectado a la corriente confunde a la batería. A la vez que nosotros consumimos energía, este debe estar alimentándose y esa situación provoca un desequilibrio irreparable.
Una vez que vayamos a darle uso, es mejor quitarlo de la corriente, sobre todo si ya está cargado por completo.
Cargarlo al 100%
Una de las recomendaciones que todos los fabricantes hacen de cara a conseguir extender la vida útil de las actuales baterías se basa en no cargarlo por completo siempre. El porcentaje óptimo va desde el 20 hasta el 80%, un espacio donde deberíamos cargar y descargar siempre el teléfono. Si en nuestro caso optamos por dejarlo siempre llegar al 100%, estaremos provocando que el smartphone pierda poco a poco autonomía. Tú mismo puedes comprobar que una vez que rebasa el 80%, disminuye la velocidad para que no resulta más perjudicial.
Para evitar que siempre llegue a rebasar ese nivel, podemos establecer una alerta de batería en el porcentaje de carga deseado y de esta manera no tendremos que mirarlo manualmente.
Conectar y desconectar continuamente
Otro de los motivos por los que no conseguimos cargar bien el smartphone es porque no tenemos paciencia. Vivimos a toda velocidad y eso provoca que lo conectemos y a los pocos minutos ya estemos deseando utilizarlo, por lo que lo quitamos de cargar. Esto genera una fluctuación de la energía dentro de la batería que termina provocando que se haga vieja antes de lo debido.
La mejor recomendación que os podemos hacer es que pongáis el móvil a cargar cuando realmente no lo vayáis a necesitar, aprovechando, por ejemplo, la hora de la ducha, de la comida o cuando vayamos a ponernos a trabajar.