Jugar con el móvil se ha vuelto una actividad tremendamente común entre los usuarios debido a que la gran mayoría de los smartphones ofrecen un rendimiento impecable para ello. Sin embargo, que tengan tanta potencia no significa que sean equiparables a una PlayStation o cualquier otra consola por mucho que los fabricantes traten de decir lo contrario.
Si bien es cierto que, durante los últimos años, se ha avanzado mucho para mejorar la experiencia gaming e incluso encontramos títulos como Genshin Impact que no solo están disponibles para Android o iPhone, sino también para PS5. Igualmente, la diferencia de rendimiento es bastante evidente y es por ello por lo que un teléfono no te hará olvidar nunca a tu antigua consola ni ahora ni dentro de muchos años.
Si quieres jugar al máximo nivel, no compres un móvil
Es un hecho que un dispositivo muchísimo más pequeño que una PlayStation o una Xbox no goza de la misma potencia para ejecutar juegos con gráficos impresionantes. Que tu móvil pueda correr Call of Duty: Mobile a 60 FPS estables no significa nada, puesto que el nivel de detalle y la velocidad de carga no es la misma ni por asomos.
Los videojuegos para smartphones son versiones adaptadas en todos los sentidos y para ello recortan elementos del paisaje y utilizan la distancia de dibujado para ahorrar recursos al máximo. Sí, Genshin Impact se ve muy bien, pero ¿no se vería mejor y sería más cómodo de jugar en una consola con su propio mando?
Por no hablar de que una PlayStation 5 cuesta unos 500 euros aproximadamente, mientras que el mejor móvil para jugar puede valer cerca de 1.000 euros. Una diferencia considerable por la que merece muchísimo más la pena hacerse con una consola e incluso con PC gaming, dos plataformas con las que puedes exprimir al máximo los requisitos de los videojuegos e incluso disfrutar de títulos únicos que ni por asomo vas a ver en tu smartphone, como la saga The Last of Us, Spider-Man, God of War…
Esto no quita que algunos juegos se vean muy bien en el móvil, pero hay quienes se empeñan en defender que un teléfono puede reemplazar a una consola, y esto es inviable. Incluso el chip A16 Bionic de Apple está lejos de garantizar una experiencia similar en todos los sentidos. Hay emuladores que permiten jugar a entregas de PS2, PSP y, más recientemente, de Nintendo Switch.
Este último caso es bastante peculiar, puesto que hace poco también ha aparecido una app que permite emular los videojuegos de la consola de la empresa nipona, aunque el rendimiento es poco estable y deja mucho que desear. Es posible que con el paso del tiempo esto mejore, pero auguramos que se quedará lejos del rendimiento de Switch pese a que esta última ni siquiera es reconocida por su potencia a nivel de hardware.
Otros inconvenientes que están presentes
El rendimiento a la hora de jugar no es el único impedimento que presenta un móvil frente a una consola y es que hay muchos más motivos por los que los primeros nunca alcanzarán a las segundas. Esto se manifiesta en la batería, ya que un smartphone no aguantaría apenas nada si gozase de la posibilidad de iniciar juegos de mayor calibre; por no hablar del sobrecalentamiento durante varias horas. En una consola, esto nunca será una barrera más allá de los mandos, los cuales puedes cargar mientras juegas o incluso tener dos para ir alternándolos mientras se llena la batería.
Otro factor diferencial es la comodidad a la hora de jugar, ya que para muchos resulta muy aparatoso mantener el teléfono en horizontal. Es cierto que existen mandos Bluetooth para usarlos con el móvil, pero aquí entra en juego otro elemento que influye en la experiencia inmersiva: la pantalla. Las pequeñas dimensiones no permiten apreciar los detalles de entregas a nivel gráfico, y pese a que se puede conectar el dispositivo a la tele por HDMI, no merece la pena debido a que hay que estar todo el rato conectándolo y desconectándolo cada vez que uno quiera jugar.
De modo que, si por algún casual estás pensando en comprar un móvil gaming o uno con la suficiente capacidad para jugar, quizá sea mejor alternativa optar por una consola de nueva generación. La versatilidad de los smartphones ofrece la posibilidad de pasar el rato en cualquier lugar, pero si quieres disfrutar de verdad como buen amante de los videojuegos, la decisión está clara.