Aunque siempre nos hayamos a negar a pagar por las aplicaciones teniendo en cuenta que hay muchas alternativas gratis, y muy buenas, o porque la misma app nos ofrece lo que necesitamos sin tener que pagar nada, desde que hemos empezado a hacerlo no dejamos de recomendarlo. Aunque nos parecía una tontería, o tirar el dinero en algunos casos, ahora nos damos cuenta de que es mucho mejor de lo que nos habríamos imaginado.
Pagar por una app gratis ha dejado de convertirse en una obligación en alguna ocasión a ser una de nuestras opciones preferidas. De hecho, ahora no dejamos de recomendarlo. Tanto si decides pagar porque tienes unos días en la versión más completa sin pagar nada y te convence como si te lo estás planteando por sus ventajas, pronto descubrirás que no estás tirando el dinero. Esto no quiere decir que ahora vayamos a pagar por todas las apps gratuitas, pero sí con varias de ellas. Si tuviéramos que pagar por cada app que probamos nos arruinaríamos. Te contamos las principales razones por las que pagar por una aplicación es una buena idea.
Sin anuncios
El vivir una experiencia sin anuncios en la aplicación es muy gratificante. No tenemos que esperar cada pocos minutos a que nos salga un anuncio, tener que verlo o esperar a que acabe. Ahora, hacemos lo que queremos sin estar pendiente de ello, y sin miedo a salir de la app sin querer por darle al anuncio.
Como los desarrolladores de aplicaciones buscan ganar dinero con ellas, los anuncios son la forma que tienen de hacerlo cuando no se paga por las apps. Si pagas por ella, no tendrás anuncios y no perderás un tiempo que para ti vale oro. Si usas la apps todos los días, esta es una de tus mejores inversiones.
Se lo agradeces al desarrollador
Si has encontrado una app que te encanta y que es justo lo que necesitabas, y además te ofrece muchas cosas gratis, al final pagar por ella es una forma de agradecer al desarrollador que lo haya hecho.
Así, más desarrolladores se animarán a seguir trabajando para mantener satisfechos a sus usuarios y que paguen por lo que ofrecen, y esto ayuda a crear más apps interesantes para todo el mundo, no solo para los que pagan. Pero sobre todo porque premias el esfuerzo de crear algo que de otra forma no existiría. Ni te imaginas el tiempo que nos ahorra y las cosas que nos dejan hacer ciertas aplicaciones gratuitas, y especialmente desde que hemos pagado por ellas. Seguro que tú también lo habrás notado en algunas, que te han ido muy bien en algún momento.
Tienes más funcionalidades y opciones
Además de vivir una app sin anuncios, muchas de ellas te ofrecen más funciones que al principio no te parecen imprescindibles, pero que cuando pruebas te encantarán. Además, puedes tener menos límites de uso o de todo tipo. Por ejemplo, una app que te deja hacer algo 3 o 5 veces, y después tienes que pagar o esperar un tiempo para seguir haciéndolo.
El acceder a más opciones que no hay en la versión gratis es un gran incentivo para pagar. Solo tienes que ver qué es lo que más te ofrece esta opción. Aunque para muchos ya solo el hecho de no tener anuncios ya es más que suficiente, los extras siempre se agradecen. Además, a veces pagas menos por la versión premium de estas apps que por otras aplicaciones de pago.