¿Está espiándote la IA de tu móvil? La verdad tras Gemini, Apple Intelligence y ChatGPT
La inteligencia artificial ha pasado a un primer plano en nuestras vidas. El clásico asistente de Google ya no es como lo conocías, sino que ahora convive con Gemini, que deja de ser un mero asistente que responde a ‘Ok, Google’ para convertirse en una herramienta que puede ayudarte a hacer de todo: organizar fotos, resumir mensajes, proporcionar información, redactar textos… Esto ha abierto el debate sobre la privacidad del usuario y sus datos personales.
La elevada capacidad de la IA para acceder a nuestra vida digital ha hecho que los usuarios se pregunten cuestiones lógicas, pero la principal es si la IA puede espiar nuestros datos y lo que hacemos. En la actualidad, se han popularizado herramientas como Gemini, Apple Intelligence, Gemini, ChatGPT… una larga lista de aplicaciones a la que proporcionamos información diariamente, de ahí que muchos piensen que las empresas lo saben todo sobre nosotros. Pero lo cierto es que el concepto de ‘espiar’ como tal ha cambiado y ya no se trata de un simple micrófono que nos escucha para saber qué publicidad ofrecernos. La clave radica en saber cómo se procesa esa información que compartimos.
La diferencia: procesamiento en el dispositivo o en la nube
Lo primero que hay que tener en cuenta es que no todas las inteligencias artificiales funcionan igual, es decir, Apple Intelligence opta por un enfoque local centrado en el dispositivo. Las solicitudes que se realizan a la IA de Apple se ejecutan directamente en el iPhone, sin que los datos salgan de su interior. Solo para consultas más complejas requiere el acceso a servidores especiales, conocidos como ‘Private Cloud Compute’, aunque Apple promete que no almacena los datos de los usuarios y que son inaccesibles incluso para ellos.

En cambio, los principales modelos de IA, como Gemini, Copilot y ChatGPT, basan su funcionamiento en servidores en la nube. Esto significa que, cuando le pides a Gemini un resumen de tus correos electrónicos o a ChatGPT que te ayude a redactar un texto, esta información se envía a los servidores de la compañía en cuestión para que sea procesada. De modo que eres tú el que comparte de forma voluntaria tus datos con cada empresa, aunque es una máquina la que se encarga de leer la información y no hay una persona detrás.
Si no es espionaje, ¿qué es?
Si no hay una persona leyendo tus datos, llamarlo espionaje puede ser incorrecto, puesto que se trata de un sistema automatizado. Sin embargo, nuestra privacidad está en juego de otras formas, como son las siguientes:
- Necesitan tus datos para ser útiles: aplicaciones como Gemini necesitan acceso a tus datos para analizar la información solicitada, como un resumen de tus correos recibidos hoy. Por otro lado, Apple Intelligence necesita leer tus mensajes para saber a qué hora sale el vuelo que tienes programado para mañana. En resumen, necesitan acceso a tus datos para funcionar de forma óptima.
- Uso de datos para entrenamiento: las diferentes empresas a cargo de las IAs que nos rodean aseguran que n0 usan los datos para proporcinar publicidad personalizada. En cambio, sirven para entrenar y mejorar sus modelos de inteligencia artificial de cara al futuro para que sean todavía más inteligentes.
- Riesgo de seguridad: siempre que los datos viajan a la nube, existe el riesgo de que aparezcan brechas de seguridad o accesos no autorizados, por muy protegidos que estén los servidores.