Me duele realmente en el alma tener que escribir estas líneas, pero no podemos faltar a la verdad. Desde hace mucho tiempo, OxygenOs ha sido uno de los forks basados en Android que más me han gustado. Sencillo para los que buscan no comerse la cabeza y complejo para los que buscan una personalización extrema. Pero, de un tiempo a esta parte, ha ido perdiendo todo lo que en su día consiguió ganar.
Y esto no es algo que digamos nosotros, como expertos en tecnología (que también) sino los propios usuarios y fans de la marca que han visto como, desde que OPPO y OnePlus unieran sus caminos de I+D+I, todo lo que hacía especial al sistema operativo de la firma ha ido desapareciendo por completo de sus móviles.
Una sombra de lo que fué OxygenOS
En sus inicios, OxygenOS fue visto como un refugio para aquellos que querían una experiencia limpia y eficiente, no tan semejante a una versión pura de Android pero si algo cómo de usar y muy personalizable. En sus primeras versiones, el software de OnePlus era envidiado por su fluidez, optimización y experiencia de uso que lo convirtieron en una de las interfaces más queridas por los usuarios.
Sin embargo, la historia ha cambiado en los últimos años. Las actualizaciones recientes de OxygenOS han estado plagadas de problemas. Un caso emblemático ocurrió con la actualización de OxygenOS 12 para los OnePlus 9 y 9 Pro, que tuvo que ser retirada debido a la gran cantidad de errores y funciones que no rendían como mínimamente se exigían. Los usuarios se quejaban de aplicaciones que se bloqueaban, animaciones lentas y una experiencia general de uso bastante deficiente.
Con las sucesivas versiones del software el problema, lejos de solucionarse, ha crecido, dejando un mal sabor de boca en la comunidad. Sin ir más lejos, con OxygenOS 15, los problemas han continuado y son muchos los usuarios que se han quejado de la aparici´n de fallos insoportables tras actualizar sus móviles como una línea verde o amarilla que aparece en la pantalla al cambiar entre la pantalla de bloqueo y Always-on Display AoD, retrasos en la interfaz de usuario, un muy alto consumo de RAM y fallos en la inteligencia artificial, con características como AI Reply ausentes.
También se han registrado problemas con la estabilización óptica de imagen en la grabación de videos en 1080p, filtros de cámara que no funcionan y errores en las alertas en vivo que hacen que usar un smartphone actualizado con la última versión del software sea e todo menos agradable.
Menos actualizaciones que otros fabricantes
A esto se suma otro problema importante: el deficiente soporte de actualizaciones de software por parte de OnePlus. Mientras que marcas como Samsung han elevado sus estándares ofreciendo hasta siete años de actualizaciones para sus topes de gama y seis años para los smartphones de gama media, OnePlus sigue quedando rezagado en este aspecto.
La excusa es que el hardware y la batería no van a aguantar tanto, algo no exento de razón, pero la marca se olvida que la celda puede ser cambiada para poder seguir usando el teléfono mucho más tiempo. Al final, sea factible o no, contar con menos tiempo de soporte que la competencia es una forma de desmotivar a unos usuarios que buscan un teléfono con una vida útil prolongada y actualizaciones constantes de seguridad y funciones.
Lamentablemente, este declive del sistema operativo de la marca ha llevado a muchos a perder la confianza en OnePlus y, ahora mismo, no nos queda otra más que ver con escepticismo las novedades (o errores) que nos va a traer cada nueva versión del sistema operativo.