Vivimos unos tiempos en los que la privacidad siempre está en entredichos. Nuestros datos personales están al alcance de una gran cantidad de aplicaciones cuya gestión puede no ser siempre todo lo transparente que quisiéramos. Por suerte, Google ha ido poco a poco puliendo los aspectos referentes a la seguridad de Android, para mantener más a raya a las aplicaciones en aspectos como al acceso a la ubicación o la cámara. Pero con objetivo de potenciar esa privacidad, y de igual forma que se tapa la web-cam de un portátil, ¿se debe hacer lo propio con la de nuestro móvil?
Parece que está muy asumido, y no llamamos paranoico a nadie cuya cámara frontal de un portátil está tapada. Parece que hemos asumido que hay ciertas personas mas recelosas de su privacidad, y que temen que no todo el software que puedan tener instalado en su ordenador, cumpla con lo prometido o que puedan espiarles por el móvil. También es una medida de seguridad ante un posible ataque que consiga acceso a este elemento de hardware y pueda grabar nuestros movimientos delante del ordenador en remoto. Si aplicamos la misma lógica a nuestro móvil, ¿no podría tener el mismo sentido tapar al cámara selfie?
Tapar o no tapar, esa es la cuestión
En cuanto al sistema operativo Android se refiere, nosotros tenemos el control para que las aplicaciones tengan acceso a la cámara, solo cuando dicha aplicación está en uso. Eso significa que cuando salgamos, Android no otorgue acceso a la cámara a esa app en concreto. En versiones más antiguas de Android, sobre todo anteriores a Android 9 Pie, era habitual otorgar permisos de manera permanente, por lo que la privacidad estaba mas en vilo. Si hacemos un buen uso de estos permisos, las aplicaciones no deberían poder activar la cámara, sin no se va a usar para el fin que requiere cada app.
Aún así la quiero tapar
Puede ser muy entendible que pese a todas las medidas de seguridad que ofrecen las versiones más recientes de Android (de Android 10 en adelante), haya usuarios recelosos y no les guste tener uno o dos sensores selfie apuntando durante horas, aunque la teoría nos diga que están apagadas. En este sentido y antes de tapar la cámara físicamente, podremos inhabilitarla manualmente para que no pueda ser usada de ninguna manera.
Desactivar la cámara del móvil
Si hacemos esto, ninguna aplicación podrá acceder a la cámara hasta que volvamos a otorgar el permiso de acceso. Para ello tendremos que entrar en Ajustes/Permisos/Aplicaciones e ir tocando en cada app para denegar el acceso a a cámara. Esto hará que no puedan iniciar
Tapar la cámara del móvil
Si aún así, no estamos del todo seguros, podemos tapar físicamente la cámara frontal mediante alguno de los accesorios que se han ideado para tal fin. En portales como Amazon podremos encontrarlos a un coste bajo y nos servirán para cualquier dispositivo. Además, cuentan con una ventana que se desliza para volver a habilitar la visión de la cámara, del mismo modo que llevamos años viendo en los portátiles.