Cada vez es más habitual que los móviles ofrezcan de gama alta ofrezcan grandes capacidades de memoria RAM. Cada vez usamos más aplicaciones al tiempo, jugamos con títulos de más calidad y las capas de personalización de los fabricantes cuentan con más y más funciones. Pero, ¿es realmente necesario contar con las estas capacidades de memoria RAM?
La pregunta de si “¿más es mejor?”, ha sido respondida en muchas ocasiones. «Más», puede ser sinónimo de mejor, pero en ocasiones también es sinónimo de “da lo mismo”. Lo hemos visto con las capacidades de algunas cámaras, presumiendo de muchos sensores y megapixels, allí donde la calidad fotográfica era superada por móviles con un hardware más modesto. Es decir, con la memoria RAM del móvil ocurre algo similar.
¿Qué es la RAM?
La memoria RAM (Random Access Memory) es un almacenamiento digital que almacena datos de las aplicaciones activas. Aunque la CPU cuenta con su propia caché para almacenar los datos usados para los diferentes cálculos, no es suficiente, por lo que necesita el “apoyo” de la memoria RAM, muy rápida a la hora de escribir o leer.
En este sentido, la RAM almacena datos durante un periodo corto de tiempo, y son eliminados cuando apagamos o reiniciamos el móvil. Una parte de la memoria RAM es reservada para tareas concretas, y ninguna aplicación o sistema operativo pueden usar ese espacio reservado. La teoría es que una mayor capacidad de memoria RAM, permite ejecutar más aplicaciones en segundo plano sin que el rendimiento del terminal se resienta.
En los últimos tiempos estamos viendo cómo se presentan terminales, con variantes de 8, 12 y hasta 16 GB de RAM. Modelos como el Galaxy S20 Ultra, el Xiaomi Mi 10 Ultra o el móvil gaming Lenovo Legion Pro, disponen de versiones con 16 GB de RAM. No obstante, casi cualquier modelo de gama alta presentado en 2020 contaba con su versión de 12 GB de RAM, algo que se replicará en 2021.
Memoria suficiente hagas lo que hagas
En los usos cotidianos de la gran mayoría de usuarios, contar con 10, 12 o 16 GB de RAM puede resultar exagerado. Incluso 8 GB de RAM son más que suficientes para contar con memoria suficiente para las tareas del sistema, ejecutar aplicaciones en segundo plano y contar con una fluidez suficiente en cualquier juego, siempre que el terminal esté apoyado por una CPU/GPU a la altura.
Apostar por un teléfono con tanta capacidad de RAM, puede ser una apuesta de futuro si vamos a estar dos, tres o más años usándolo. No obstante, es fácil que un dispositivo con 8 GB de RAM, junto a otro con 16 GB de RAM y el mismo procesador, puedan llevar a cabo con la misma soltura las mismas tareas. La cuestión es que es difícil llegar a copar toda la capacidad de RAM disponible, y siempre iremos “sobrados”.
¿Elegir una opción coherente? Imposible
En este sentido, a la hora de comprar un móvil, puede que sea más inteligente volverse menos loco con la capacidad de RAM y elegir más memoria de almacenamiento interna, que sí suele ser la que más escasea. No obstante, a diferencia de los PC o portátiles, nuestros móviles no nos permiten elegir o modificar a nuestro gusto la configuración de RAM/Almacenamiento. Por desgracia, las capacidades más altas siempre van de la mano. Es decir, será imposible que compremos un smartphone con 512 o 1TB de memoria interna, con 4GB o 6GB de RAM, por muy lógico que nos parezca.