Hace unos meses conocíamos la compra por parte de Google de Fitbit, uno de los principales fabricantes de wearables del mercado. Una operación que ha inquietado al gobierno europeo desde el principio sobre todo por la amenaza que supone para la privacidad de los europeos, que verían en manos del gigante tecnológico sus datos más personales.
Europa ha demostrado siempre estar muy pendiente de los movimientos entre empresas que se producen en el mercado, donde normalmente pone el foco no solo en aspectos de competencia, sino que la privacidad comienza a ser algo también a tener en cuenta en estas absorciones empresariales.
¿Qué incomoda a Europa con esta compra por parte de Google?
Las objeciones que pone la Unión Europea a esta compra de Fitbit por parte de Google tienen que ver sobre todo con la privacidad y la gestión de los datos de los usuarios. Por esa razón, la Junta Europea de Protección de Datos lo que ha venido a decir ahora es que tiene serias dudas de que esta adquisición no tenga consecuencias negativas sobre la privacidad y seguridad de los datos que los dispositivos de Fitbit recolectan de sus usuarios, algo que podría derivar en una queja formal de la Comisión Europea para que haya luz y taquígrafos alrededor de las actividades de la nueva Fitbit bajo el paraguas de Google.
Esta Junta Europea de Protección de Datos precisamente vela porque las actividades de las empresas no violen las normativas en este campo tan sensible. Y según lo que ha asegurado este organismo en un comunicado “la recolección y acumulación de información sensible sobre personas que viven en Europa por parte de una empresa tecnológica destacada podría suponer un grave riesgo para su privacidad y protección de datos”. Por tanto con este anuncio queda claro que la intención de esta Junta Europea de Protección de Datos ve en esta adquisición un riesgo para los usuarios de la firma de wearables.
Por ello lo que le piden a ambas empresas implicadas en esta operación es que se cumpla el reglamente de protección de datos europeo y que se tengan en cuenta los «requisitos de protección de datos y las consecuencias de la fusión en materia de privacidad” de forma transparente, antes de que la fusión se comunique de manera oficial a la Unión Europea. Fue el pasado mes de noviembre cuando Google anunció la compra de Fitbit, por un montante de más de 1.900 millones de euros.
A día de hoy las autoridades estadounidenses siguen estudiando esta propuesta de absorción por parte de Google. Esta es una compra importante para el gigante tecnológico, que tiene una presencia limitada en el mercado de wearables. Se ha rumoreado mucho la llegada de un reloj de la marca, algo que ha cobrado más sentido desde que se anunciara esta adquisición. Una absorción de Fitbit que colocaría a los de Mountain View en una buena posición para poder competir con los líderes de este mercado, como son Apple, Huawei, Samsung o Xiaomi.