La multa impuesta a Google por la Comisión Europea, por valor de 4.300 millones de euros, empieza a tener consecuencias. La compañía del buscador, en su afán por cumplir con los requerimientos del máximo organismo europeo que vela por la competencia, al menos hasta que se decida el recurso presentado por la tecnológica, ha anunciado una pila de medidas para sortear el desencuentro. En esencia, los fabricantes tendrán que pagar una cuota al gigante de Internet si quieren seguir incluyendo sus apps y servicios asociados a Google Play.
Google tenía de plazo hasta el próximo 29 de noviembre, pero la gran G ha tomado cartas en el asunto y, tal y como detalla en su blog oficial, las medidas estudiadas para cumplir la imposición de la Comisión Europea entrarán en vigor el 29 de octubre. Unas medidas que harán pasar por caja a los fabricantes en lo que parece una estrategia transitoria hasta conocer el desenlace final del recurso enviado al Tribunal General de la Unión Europea.
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El origen del conflicto
Android es gratuito. Todo aquel fabricante que desee utilizarlo en sus dispositivos puede hacerlo libremente, aunque anteriormente debía firmar una licencia con la que se comprometía a una serie de compromisos con los servicios de Google, así como instalar por defecto aplicaciones estratégicas para Google como es la app del buscador o el navegador web, Chrome.
Sin embargo, la sentencia que condenó a Google en la Unión Europea por posición dominante asentará nuevas bases legales para el uso de Android en smartphones, tabletas y cualquier otro equipo con el sistema del robot verde.
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Google Play ahora tiene un precio
En primer lugar, no habrá restricciones para aquellos fabricantes que deseen utilizar Android y no incluir los servicios de Google. Lo cierto es que la diferencia se muestra al otro lado del ring. Todo aquel fabricante que desee incluir Google Play y servicios asociados en sus smartphones tendrá que pagar una licencia. Un pago del que se desconoce cantidad alguna, pero que hará distinciones dependiendo del tipo de app. Por ejemplo, será posible pagar una cuota por la tienda de contenidos y de forma paralela optar por otras fórmulas económicas para mantener Google Search o Google Chrome.
Este nuevo modelo comercial diseñado por Google para evitar futuras sanciones se pondrá en práctica el próximo 29 de octubre. Desde entonces, todo smartphone que incluya los servicios de Google y la tienda de aplicaciones estará gravado. Un coste adicional que recaerá sobre el fabricante. No obstante, no está aún del todo claro cómo pueda repercutir esta decisión sobre el usuario final puesto que por conocer, no se han difundido los costes que tendrá a partir de ahora el contar con las GApps.
Eso sí, esta nueva política y acuerdo comercial estará vigente tan solo en el Espacio Económico Europeo, donde tiene validez el veredicto de la Comisión Europea en materia de competencia.