La tecnología evoluciona a una velocidad de vértigo, pero no hay nada como un nuevo lanzamiento para conocer en primera persona este tipo de crecimiento, ya que sólo basta con lanzar un producto al mercado para que éste quede “anticuado” en cuestión de días. La culpa la tiene obviamente los laboratorios de desarrollo, que trabajan sin parar con el único fin de dar vida a nuevas tecnologías. Y el ejemplo más claro lo tenemos actualmente con el sensor de huellas bajo la pantalla, ya que si es ahora cuando los estamos empezando a ver en el mercado con teléfonos como el Vivo X21, deberías de saber que esos terminales están montando módulos de lectores de huellas integrados en pantalla más antiguos y peores de los que podrían llegar al mercado hoy.
Sensores ultrasónicos vs sensores capacitivos
El ejemplo del Vivo X21 es el más claro para demostrar que las prisas no siempre son buenas consejeras. La marca se anotó un tanto importante con el lanzamiento de uno de los primeros teléfonos con lector de huellas integrado bajo la pantalla, sin embargo, a la hora de la verdad, la tecnología defraudó ligeramente a los que la deseaban. Fabricado por Synaptics, el lector de huellas del Vivo X21 necesita un destello de la pantalla para que la superficie del dedo quede iluminada durante unos instantes y este pueda ser reconocido por el sensor inferior. Se trata de un método que obviamente funciona, pero que requiere unos milisegundos de espera que acaban siendo eternos. ¿La solución? Los sensores ultrasónicos.
Qualcomm y sus generaciones de lectores de huellas ultrasónicos
A día de hoy Qualcomm es la empresa que está dominando el mercado de los lectores de huellas integrados en las pantallas. Comenzó su andadura en 2015, cuando en plena MWC presentó al mundo su Snapdragon Sense ID 3D, el primer sensor de huellas 3D basado en tecnología ultrasónica. Esto permitía ofrecer seguridad biométrica en diseños completamente diferentes a los que conocíamos hasta entonces, ya que, en lugar de buscar el contacto directo con el sensor, la tecnología ultrasónica permitía colocar el lector bajo vidrio, aluminio, zafiro, acero inoxidable y plásticos.
Este nuevo método también eliminaba algunos problemas presentes en los lectores de huellas tradicionales, ya que es capaz de escanear una huella evitando obstáculos como el sudor, crema de manos y la condensación. Como función especial, el sensor también es capaz de realizar un mapeo en tres dimensiones con el que detectar crestas en las huellas y poros de sudor. No llegaba a estar bajo la pantalla, pero era un comienzo.
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Pero la vida sigue, y dos años más tarde, Qualcomm presentó en el mes de junio del 2017 su segunda generación de lectores de huellas ultrasónicos, ahora sí, capaces de ocultarse bajo un panel. Esta nueva versión presumía de ser la primera solución capaz de colocarse bajo la pantalla, ofreciendo también algunas características muy llamativas como la posibilidad de detectar el pulso o el flujo de sangre.
En lo que a cifras respecta, este sensor es capaz de atravesar paneles OLED de un grosor máximo de 1.200 micrómetros, mientras que en superficies de cristal y metal serán de un máximo de 800 micrómetros, 650 um si se trata de aluminio. Este sensor es actualmente la versión más actualizada que existe, sin embargo, parece que Qualcomm ya ha completado el desarrollo de su tercera generación, y todo apunta a que ya tiene a un fabricante muy interesado en integrarlo en su próximo buque insignia.
Llega la tercera generación del sensor ultrasónico
Mucho se ha hablado ya sobre si el Galaxy S10 incluirá un lector de huellas bajo la pantalla. A día de hoy podríamos decir casi con total seguridad que así será, sin embargo, las últimas informaciones asegurarían que Samsung está dispuesta a integrar la tercera generación de sensores ultrasónicos de Qualcomm, siendo así la primera compañía que se decide a hacerlo. Sin embargo, las pantallas de los móviles de Samsung podría quedarse en negro.
Según los últimos rumores, Samsung estaba decidiendo entre tres modelos de lectores de huellas integrados, entre los cuales se encontraban el de Synaptics y la solución Qualcomm basada en su segunda generación. Pues bien, al final parece que eligieron la tecnología ultrasónica por las ventajas que ofrecía, especialmente la de ser capaz de atravesar paneles OLED de 1.200 nanómetros. Con la elección tomada, puede que Qualcomm haya puesto al día a Samsung sobre sus avances, y es ahí donde entra en juego esta desconocida tercera generación, una versión de la que por ahora sabemos más bien poco.
Pero lo que parece estar claro es que el Galaxy S10 ya se está diseñando con el sensor de Qualcomm, ya que según apuntan en ET-News, el proveedor de componentes OFilm está suministrando elementos a Samsung, siendo uno de ellos un integrado formado con elementos de la taiwanesa GIS (General Interface Solutions). Esta compañía a su vez trabaja para Qualcomm en el tema de sensores integrados en las pantallas, así que no hay que hacer muchas más investigaciones para ver por dónde van los tiros en este aspecto. ¿Se arriesgará finalmente Samsung con la tercera generación de lectores ultrasónicos? ¿Qué novedades ofrecerán respecto a los anteriores?