Google vuelve a tener problemas con la Unión Europea. Una historia que viene de lejos y que vuelve a traer a nuestras portadas los conflictos del gigante de las búsquedas con la legislación antimonopolio. Nuestros compañeros de ADSZONE ya nos avisaron hace un mes que Google podría recibir una multa millonaria y ahora todo apunta a que dicha multa, no solo será real, sino que podría cambiar la forma en la que los móviles Android llegan a nosotros.
Hablamos de una sanción que puede llegar a los 11.000 millones de dólares, algo que no es moco de pavo, ya que hablamos de un montante que supone el 10% de los ingresos globales de la compañía.
Si no estáis al día del caso, os ponemos un poco en antecedentes: resulta que la legislación europea, con Margrethe Vestager, (Comisaria europea de Competencia) al frente, considera que el hecho de que Google obligue a los fabricantes a instalar Google Chrome y Google Search como requisito para poder instalar Google Play, supone una practica monopolista que sitúa a Google en una situación de ventaja frente a otros motores de búsqueda y navegadores del mercado.
Por lo tanto, es más que posible que Google se vea obligada a cambiar las condiciones de Android, lo que repercutiría en la forma en que los fabricantes crean sus ROMs a partir de dicho sistema operativo.
Imagina un móvil Android sin Google: ¿raro no?
Como sabréis, Google no cobra nada a los fabricantes para poder instalar su sistema operativo, pero sí que pone ciertas condiciones para poder disfrutar de las GASP (Google Apps), entre las que se incluyen ser instaladas en su conjunto e instalar obligatoriamente Google Chrome y el buscador de Google si se quiere disfrutar de Google Play.
Podríamos pensar que no es necesario instalar ni las aplicaciones de Google, ni su buscador, ni la tienda, para tener un sistema operativo completamente funcional, pero ahora pensémoslo un momento e imaginemos un smartphone Android que dependa exclusivamente de una tienda de terceros y que deba buscar un sustituto para algunas de las app más populares como puedan ser el buscador de Google, Google Maps, Gmail, Google Fotos, etc…¿Se hace raro no?
Pues es que ahí está la trampa (y los beneficios de Android). Google es plenamente consciente de que la gente se ha acostumbrado a usar sus aplicaciones y que la tienda más importante de apps y donde se subirán el 99% de las aplicaciones y juegos más populares es la suya, lo que le da un poder sobre los fabricantes que ninguna otra empresa tiene.
Si un fabricante quisiera no depender de Google, debería preinstalar en sus ROMs sustitutos de todas las apps mencionadas, y lo que es más difícil, una tienda fiable con un catálogo igual de extenso y seguro que Google Play. Y si Google Play ya tiene problemas de seguridad a día de hoy, imaginad el recelo que debe provocar al comprador de un nuevo smartphone encontrarse que su nuevo móvil no incluye Google Play y si una desconocida tienda de apps…
Por lo tanto, estamos ante la ironía de si bien Android es un ecosistema con una variedad de aplicaciones bestial, al final, todas ellas tienen que competir con las aplicaciones de Google, pues de lo contrario, es más que posible que el fabricante que se opusiera a las condiciones de Google, viera como las ventas de sus smartphones caen en picado.
Todo lo anterior podría cambiar con esta sanción
Como os podéis imaginar, la Unión Europea lleva años cayendo en la misma conclusión expuesta, y la respuesta lógica es que si de verdad queremos un sistema operativo Android que no coarte la competitividad de los desarrolladores de software, las condiciones de uso de Android deben de cambiar.
Y el cambio necesario no requiere estrujarse mucho la sesera, ya que es tan sencillo como obligar a Google a retirar sus condiciones y permitir que los usuarios puedan disfrutar de Google Play sin que los fabricantes tengan que instalar Google Chrome y Google Search en cada uno de los móviles Android.
Si la Unión Europea se sale con la suya, Google tendría que crear una versión especifica de su sistema para el mercado europeo, algo que le supondría trabajo extra y una notable pérdida de ingresos. Por otro lado, los usuarios podríamos encontrarnos con ROMS stock algo diferentes a lo visto hasta ahora en nuestros móviles Android.
Podríamos tener móviles Android con Google Play donde el navegador por defecto fuera Firefox o el creado por el fabricante de turno (Navegador de Samsung por ejemplo) y donde el usuario decidiría que aplicaciones de mapas, fotos o música utilizar y que su motor de búsqueda por defecto fuera Bing o Yahoo, por poner algunos ejemplos.
De cualquier modo, y a falta de saber si dicha sanción se hará efectiva o Google conseguirá llegar a algún tipo de acuerdo con la UE, no creemos que esto vaya a cambiar demasiado el mercado, a menos a corto plazo. Y es que aunque Google no pueda imponer la instalación de sus GASP por la vía de hecho, la realidad es que algunas de las aplicaciones de Google tienen una cuota de usuarios muy alta, por lo que que difícilmente se verán sustituidas por otras a corto plazo, por mucho que no vengan preinstaladas en el dispositivo. Veremos como acaba toda historia.