La eterna pregunta que muchos usuarios pueden hacerse a la hora de buscar un móvil o ver cómo sus amigos se gastan esa cantidad de dinero en un terminal: ¿vale la pena gastarse todo eso por un terminal? Bueno, sin lugar a dudas se trata de un debate que como era de esperar, tiene tanto partidarios como detractores. Por esta razón, he decidido contar mi experiencia y mi opinión acerca de estos teléfonos premium.
Antes de nada nos preguntaremos qué es exactamente lo que queremos en un móvil. Básicamente, además de llamar por teléfono y navegar por internet, también queremos utilizar multitud de apps de mensajería y redes sociales, juegos de alta calidad, escuchar música, ver películas, hacer fotografías… Y al fin y al cabo, lo que casi todo el mundo desea, estar permanentemente conectado con el mundo. Para la mayoría de estas opciones, un smartphone de gama básica o media puede ser una buena elección, sobre todo para personas recién iniciadas en el mundo de los teléfonos inteligentes, pero en algunas de las tareas, estos terminales no nos ofrecerán la suficiente potencia. ¿Intentar jugar a uno de los últimos videojuegos en un teléfono de entrada? Imposible.
Ahora bien, ¿por qué existen los teléfonos de alta gama? ¿Qué es lo que los definen? Principalmente dos elementos, prestaciones y calidad. Si un teléfono sobrepasa una cierta cantidad que para algunos puede resultar excesiva, está claro que es por algo. Ya sea por la pantalla, por una cámara de alta calidad que puede plantar cara incluso a las réflex “más sencillas”, por ciertos accesorios exclusivos que nos facilitan la vida…, tal vez esos 600 ó 700 euros no sean algo excesivo.
No todo el mundo aprovechará un smartphone de alta gama
Estoy seguro que todo el mundo hemos oído a algún amigo o familiar diciendo: ¿y para qué querrá un teléfono así si sólo lo utiliza para hablar por WhatsApp? Bueno, huelga decir que si esa persona tiene el dinero suficiente, no nos toca a nosotros juzgar qué haga con él, pero también es cierto que un móvil de alta gama sirve sobre todo para aprovechar sus increíbles virtudes y no quedarse en algo tan “banal” como consultar el correo electrónico o escribir mensajes de texto. También es cierto que con los avances actuales, lo que compramos ahora posiblemente dentro de 6 meses “ya sea antiguo”, pero es el precio que hay que pagar por llevar con nosotros una de las últimas piezas de tecnología del mercado –otra de los argumentos de aquellos que no se gastarían varios cientos de euros en un teléfono móvil-.
¿Cómo es el paso de un teléfono de gama media a uno de alta?
En mi caso, lo cierto es que el cambio ha sido bastante notable en todos los aspectos. Entre mis manos cuento con un Galaxy Note 4 que me ha permitido ser más eficiente gracias a la multitarea, a la multiventana y a al conocido S-Pen. Además, no he sufrido ningún tipo de cuelgue “extraño” que anteriormente con móviles más baratos (incluyendo asiáticos de marcas desconocidas) sufría constantemente. Además, la batería es mucho más duradera, consiguiendo varias horas más de pantalla a pesar de hacer un uso mucho más exhaustivo del móvil. Fluidez sin problemas en la carga de aplicaciones, una gran cámara por encima de otros muchos terminales, una pantalla que permite ver cualquier contenido a pesar de la luz directa del sol y sobre todo, una interfaz y funciones únicas que realmente ayudan en el día a día, un reparto del peso excepcional… Todas estas características (ya sean relativas al diseño, al software o al hardware) difícilmente las encontraremos en un teléfono más básico y claro está, sí que están disponibles en los buques insignia de otras compañías como Sony, LG, HTC, Huawei , Apple, Motorola y demás –por suerte he podido tener entre mis manos muchos de ellos y he comprobado las increíbles diferencias entre estos y otros más sencillos-.
En definitiva, ¿merece o no la pena un móvil de alta gama?
Como siempre, todo depende del uso que le vayamos a dar. Desde luego, la diferencia entre uno de estos terminales y un básico es abismal tanto en funcionalidades como en hardware o comodidad de uso, pero siempre debemos saber lo que verdaderamente necesitamos, aunque también siempre teniendo en cuenta que lo barato puede salir caro y la posible “limitación” de estos a la hora de utilizar aplicaciones más complejas. Si hacemos un uso intensivo del móvil, un dispositivo más potente a buen seguro que te deja un mejor sabor de boca, ayudándote tanto en el trabajo como en la vida diaria. En mi caso he de decir que ha sido toda una inversión que aprovecho día tras día y que lo recomendaría totalmente si alguien puede permitírselo y tiene dudas pero, ¿y vosotros? ¿Qué pensáis acerca de un móvil de alta gama? ¿Merece la pena gastar 600 ó 700 euros en un terminal?
Espero que tengáis ganas de debatir esta opinión y como siempre, desde el respeto. Estaré encantado de responder a todas vuestras preguntas.