Tal día como hoy pero de hace dos años nos dejaba Steve Jobs y tanto Apple como el mundo de la tecnología se quedaba huérfana de uno de sus visionarios. En este tiempo cabe preguntarse ¿ha sido capaz la empresa californiana de superar la alargada sombra del que fuera su creador y posterior salvador? Pues sí, pero quizás la nueva «capa» que se ha puesto no guste a muchos de sus seguidores.
Dos años hace que nos encontramos con una de las noticias que más nos costó dar, Steve Jobs nos dejaba y, sobre todo, dejaba huérfana sin remisión a la empresa que creó, salvó y puso en la cresta de la ola tanto en el mercado de la informática como en el de la música y la telefonía móvil. Puede que no parezca mucho tiempo, pero el 2011 fue el año en el que vimos el iPhone 4S, el último producto que llevó su sello, pese a que no llegó a poder presentarlo, aunque se dice que dejó definidas las las pautas de lo que sería el iPhone 5 y quien sabe si del iPhone 5S y 5C.
Apple ha seguido funcionando sin él, y se puede decir que ha tomado rumbo y velocidad de crucero. Pero en el estilo, en la esencia, algo ha cambiado. Hace un año, en esta misma página escribí: «el papel de Jobs en la empresa es imposible de repetir. No era sólo el CEO, era quien decía SI y NO, de forma rotunda, y sin lugar a discusión.» Reafirmo, si cabe con más contundencia, esta declaración.
En Apple cada vez se nota más que han cambiado las cosas porque ha cambiado la forma de tomar las decisiones. Ahora parece que en la conjura de sus ejecutivos se reparten cada uno su parcela de poder con dos personalidades que van cada una por su lado, Ive para el diseño y Cook para el mercado. Y lo peor, sin alguien que las combine en su justa medida. Es por ello que las palabras de Tim Cook este año en su mensaje de ayer en homenaje a Steve Jobs suenan algo más vacías que de costumbre, casi de trámite:
«Mañana es el segundo aniversario de la muerte de Steve. Espero que todo el mundo recuerde todo lo que significó para todos nosotros y para el mundo. Steve fue un ser humano extraordinario e hizo del mundo un lugar mejor.
Pienso en el a menudo y encuentro una enorme fuerza en el recuerdo de su amistad, visión y liderazgo. Dejó tras de sí una compañía que sólo el pudo construir y su espíritu estará siempre en el seno de Apple. Continuaremos haciendo honor a su memoria a través de dedicarnos al trabajo que tanto amó. No hay tributo más alto a su memoria que éste. Se que él estaría orgulloso de todos vosotros.
Tim.»
Dos años de una Apple ni mejor ni peor, diferente
En dos años hemos asistido a numerosos casos inauditos en la historia de Apple. El primero, los rumores. No por su existencia, que siempre los ha habido, pero parece que la cadena de producción ha perdido el miedo a la represalia por parte de los de Cupertino. Antes no teníamos extensos sets de fotos de los productos, interminables filtraciones de componentes y hasta vídeos de los mismos. Sólo el caso del iPhone 4 «extraviado» fue la concesión a romper el férreo secretismo en las épocas anteriores.
Y el segundo, el desgobierno que ha llegado en su siempre impecable estrategia de productos. No podemos olvidarnos como en 2012, en menos de un año, tuvimos dos versiones diferentes del mismo iPad 3 (con y sin lightning), para ver como llegaba después el iPad 4. No entramos en la polémica de si el iPad mini habría salido con o sin Jobs, probablemente este sí que habría llegado, al igual que el iPhone 5C. Sin embargo, en el caso de este último, lo que si es seguro es que Apple no habría cedido de la misma manera a hacer un terminal que está claramente destinado a hacer las delicias, y aumentar los márgenes de beneficio, de los operadores.
El iPhone 5 demostró ser, también, algo ya diferente en detalles como la fragilidad de su carcasa ante los arañazos que arruina el diseño en poco tiempo. Otro ejemplo pudo ser el nuevo iPod nano. Tras el brillante concepto de la sexta generación – que ahora que tanto se habla de SmartWatch, este ya venía preparado para usarlo como reloj – se volvió a un modelo con un diseño completamente anodino. Tanto que hace mucho que los iPod no son noticia y, de momento, este año ni parece importar si llega su renovación.
Tanto las generaciones de iPhone 3G/S como el iPhone 4/4S fueron terminales rotundos, casi perfectos en su concepto. Muestra es que se han seguido vendiendo hasta hace poco e incluso protagonizan actualmente, como es el caso del iPhone 4, ofertas de distribuidor mientras el iPhone 5 ha pasado a estar descatalogado. Lo que hacían lo siguen haciendo bien – a pesar de casos como el antennagate que nos trajo de vuelta al Jobs más carismático con su «cógelo con la otra mano»-.
Finalmente, vamos a dar otro detalle de esos que nos hace a muchos arquear una ceja y decir «esto con Jobs no hubiera pasado», las fundas del iPhone 5C. No por su diseño que tapa el del terminal, no por sus colores, cada cual con sus gustos, sino porque el detalle que os ponemos a continuación en la foto hubiera sido, quizás, motivo de despido de quien hubiera propuesto algo que crea ese efecto tan desastroso entre los agujeros, el logotipo y los textos de la carcasa.
¿Habría cambiado algo la presencia de Steve Jobs estos dos años?
Esta pregunta no tiene contestación porque sólo él tendría la respuesta. Apple ha tomado un camino, y hay que reconocer que no le va nada mal – las cifras del primer fin de semana de iPhone 5S y iPhone 5C avalan su nueva estrategia – pero quizás para los más nostálgicos hemos perdido ese halo que hacía especial la llegada de sus nuevos productos y ahora empieza a ser, y esto es lo más triste al echar la vista atrás, una empresa más.
Postdata:
Al fin y al cabo, hoy es un día para recordar al genio y no para quedarse con un sabor tan pesimista así que, y pese a la parodia, os dejamos con un divertidísimo vídeo que es todo un homenaje a la figura de Steve Jobs, tanto para lo bueno como para lo malo, de lo que suponía para Apple y de cómo se hacen ahora las cosas en Cupertino.