Blackberry se desangra poquito a poco a pesar de los intentos a la desesperada que ha llevado a cabo en los últimos tiempos, remozando por completo su sistema operativo y lanzando algunos smartphones realmente atractivos. Pero tal vez el momento elegido ya era demasiado tarde.
Así las cosas, ha aparecido un dato esta misma madrugada que venía a confirmar (casi oficialmente) los rumores que ya andaban circulando en los últimos días sobre la compañía canadiense y que apuntaban a que las pérdidas en el último trimestre se habrían colocado entre los 950 y los 995 millones de dólares. Y que, como consecuencia, deberán acometer el recorte de más de un 40% de su actual plantilla. Es decir, unos 4.500 trabajadores.
¿Y a qué se deben principalmente esas pérididas?, pues según una fuente anónima, a los gastos de amortización de todos los teléfonos no vendidos y que descansan plácidamente en los almacenes de Blackberry. Esto, como bien sabéis, es crítico para una compañía ya que un producto en un almacén resulta mucho más caro que tenerlo en la tienda sin venderlo.
Pero ha habido otros gastos importantes, como la inversión en reestructurar la empresa que se llevó 72 millones de dólares del ala. Esta situación va a llevar a Blackberry a dejar de vender dos de los seis modelos que tiene actualmente en el mercado (no se han concretado cuáles) y, como bien apuntan algunas fuentes, cambiar la estrategia para centrarse, exclusivamente, en el mercado de empresas y el llamado ‘prosumer’, es decir, el consumidor profesional.
Los analistas, de todos modos, tampoco las tienen todas consigo aunque decidan dar ese cambio de rumbo y tras al batacazo de Blackberry 10, creen que la compañía corre el peligro de acabar diluyéndose como un azucarillo hasta convertirse, hecha pedazos, en un simple nombre dentro de otra multinacional mucho más grande. Como ya le ocurrió a Palm con HP.
Vía: Slashdot