Adiós a deslizar el dedo sobre la pantalla para desbloquear un iPhone 5S. El inminente modelo de Apple deja atrás el habitual gesto que realizamos todos sobre la pantalla del móvil y lo sustituye por un escáner de huella dactilar que puede revolucionar la seguridad móvil. Te explicamos cómo funciona y sus principales utilidades.
La autenticación por huella dactilar cuenta con dos escuelas tecnológicas fundamentales, electro-óptica y capacitiva. La primera es la habitual en los escáneres convencionales (utiliza la luz para detectar los surcos de nuestra huella) y la segunda captura una imagen en blanco y negro, con los picos y valles de un determinado patrón, que más tarde un algoritmo informático compara con un archivo anterior de la huella del individuo. Al cruzar ambos modelos, si coinciden varios detalles característicos, se considera que la identidad ha sido verificada y se permite el acceso.
Ya hay algún desarrollo anterior que utiliza el sistema capacitivo, pero el empleado en el próximo iPhone 5S aprovecha el método de mayor sensibilidad y, en lugar de rebotar la luz para generar una representación binaria, aprovecha una matriz de puntos capacitivos minúsculos, mucho más pequeños que los habituales en esta tecnología.
Al poner el dedo en este escáner, los surcos de la huella provocarán que algunas de estas placas entren en contacto para crear un circuito cerrado que genera luz, mientras otras células se mantendrán separadas. En ese momento, el sistema interpreta los diferentes “voltajes” generados y determina cuál de ellos está en una cresta y cuál en el fondo del surco.
Como resultado de combinar estos datos, el escáner es capaz de generar una imagen general de la impresión, como haría un escáner convencional, pero con mayor grado de fiabilidad. Otra de sus ventajas es que un escáner capacitivo requiere una huella digital real para trabajar, no sólo un patrón de luz-oscuridad, lo que resulta más difícil de falsificar.
Prometedor
Como pudimos comprobar en el anuncio oficial del producto el nuevo sistema del iPhone 5S facilita mucho el proceso de autenticación, pero no hay forma de saber cómo resultará en la práctica, cuando no esté en un entorno tan controlado y, por ejemplo, nuestros dedos estén sucios, o lo manipulen los niños. Lo que sí parece claro es que este sistema puede ser tan relevante como lo fueron en su día las pantallas táctiles para los móviles y que, al menos, funcionará mejor que Siri.
Ya no tendremos que recordar códigos o contraseñas para blindar nuestro iPhone, simplemente dispondremos de nuestra huella, para evitar que cualquiera acceda a nuestros contenidos. Un ladrón debería robarnos primero la huella y luego reproducirla para ser escaneada. Y puesto que la mayoría de los iPhones robados terminan en lugares remotos, resultará más viable robar un iPhone 4 al compañero de enfrente.
Y, en cuanto a los datos de huellas digitales personales, Apple dice que se almacenan de forma segura en el propio hardware, en lugar de los servidores, lo que puede terminar por desterrar cualquier duda sobre la posibilidad de que la Agencia de Seguridad Nacional, por ejemplo, trate de llegar a nuestros datos biométricos.