¿Es el terminal el que determina cómo tiene que ser el sistema operativo o es este el que marca las pautas de diseño de los teléfonos inteligentes? Esta parece ser la duda sobre la que se asienta la batalla que mantienen Google y los fabricantes de terminales que implementan su sistema operativo. Ice Cream Sandwich, Android 4.0, ha sido la versión detonante.
Hace muchos meses que hablamos del desarrollo de la versión 4.0 de Android, la que todos conocemos como Ice Cream Sandwich, la que damos por hecho que marcará un antes y un después en el manejo de los terminales inteligentes. ¿Por qué? Pues porque sus propias características intrínsecas y las novedades que introduce están marcando el futuro desarrollo de diseño y fabricación de los smartphones. El mejor ejemplo es el caso de los botones integrados en la pantalla.
Si nos fijamos en los terminales más actuales de los fabricantes que utilizan Android (HTC, Samsung, LG…), ninguno de ellos ha suprimido sus botones físicos para integrarlos en pantalla. Una de las razones para que se dé este hecho es que los terminales que estamos conociendo en estos primeros meses del año probablemente ya estaban diseñados cuando se liberó Ice Cream Sandwich y su kit de desarrollo de software. Esto ocurrió con el Galaxy Nexus en otoño del año pasado. Otra razón, a la que alude El Androide Libre y creemos que con bastante acierto, es que los botones físicos permiten a los fabricantes “jugar” con el diseño y por tanto, conseguir diferenciarse de la competencia –al menos externamente–.
¿Todo en la pantalla?
Esta parece ser la máxima de Ice Cream Sandwich, lo cual no quiere decir que los fabricantes de terminales estén de acuerdo, ya que esto incluiría prescindir hasta del botón de inicio o “home”, algo que, por ejemplo, Samsung no ha hecho con su último lanzamiento, el Galaxy S III. Digamos que en este caso, el fabricante coreano no ha roto las líneas generales que marcan la estética de sus terminales de la serie Galaxy en cuanto a la distribución de sus teclas, pero sí ha modificado el botón inferior –algo más pequeño y alargado– a favor de la pantalla.
Otro ejemplo evidente de que los fabricantes no están por la labor de decir que sí a todo lo que propone Google –Holo UI– es que cada uno de ellos sigue implementando en sus terminales su propia interfaz de usuario. Pensemos en Samsung con su TouchWiz o en HTC con su Sense, una forma de darle un toque personal al equipo sin que sean todos clónicos de Android. Lo que está claro en esta pelea es que Google pretende homogeneizar el funcionamiento y manejo de los terminales, sean del fabricante que sea, y sin embargo estos pretenden justamente todo lo contrario, diferenciarse de los competidores aunque usen el mismo sistema operativo. Sinceramente, aunque todo parezca más fácil con un único sistema, una única interfaz y un único diseño, preferimos la variedad y ver cómo hay competencia en el mercado para crear dispositivos “especiales”. ¿Imaginas un mercado en el que todo fuera Google-Android y todos los terminales iguales?