Segunda entrega de la prueba a fondo del Motorola Razr. En este caso además analizar el interfaz del equipo así como las aplicaciones que trae de serie, sin dejar de ver el software que nos permite ahorrar batería de forma rápida.
En la parte de la interfaz y aplicaciones, dejando de lado la ausencia de MyMOTOBLUR, el RAZR cuenta con un buen número de elementos diferenciadores respecto de otros terminales Android. Motorola ha integrado su propio motor para la interfaz de usuario, que se deja ver en la forma de gestionar los escritorios activos o en la integración con redes sociales. Aplicaciones como MOTOPrint, para conectar el terminal con impresoras accesibles mediante red, o la suite ofimática QuickOffice con funcionalidades para la creación y edición de documentos de texto, hojas de cálculo o presentaciones son un buen valor añadido sobre el sistema Android. Google ofrece un buen número de servicios y funcionalidades, desde luego, pero nunca está de más contar con aplicaciones y servicios de valor añadido por parte del fabricante.
El buzón unificado es otro de los elementos con los que cuenta este terminal, donde se integran las notificaciones y la actividad de las cuentas de mensajería o redes sociales configuradas en el terminal. Es una funcionalidad similar a la que se encuentra en los terminales Blackberry, aunque sin la infraestructura de servidores con la que cuenta RIM. Motorola también ofrece la posibilidad de encriptar las comunicaciones móviles en capítulos como el correo, los calendarios o los contactos.
Para los que busquen una personalización precisa de la interfaz, este dispositivo cuenta con la aplicación Acciones Inteligentes. Se trata de un gestor de macros, que hacen que el terminal se auto configure de acuerdo con activadores tales como la ubicación geográfica, el estado de los sensores o el momento del día en el que estés. Por ejemplo, se puede configurar la desactivación del ahorro de energía cuando llegues a casa, o el cambio de volumen al máximo o al mínimo según te encuentres en la oficina o fuera de ella. También se puede detectar la inserción de los auriculares de modo que se ejecute la aplicación de música. Hay todo un extenso repertorio de activadores y acciones posibles que se pueden programar desde un sencillo asistente con el que podrás personalizar al mínimo detalle el comportamiento del terminal. Es realmente útil, y supone un valor añadido muy interesante desde el punto de vista de la funcionalidad del teléfono. Una funcionalidad interesante es la detección de bolsillo que hace que el terminal entre en reposo y se apague la pantalla cuando detecta que se ha guardado en un bolso o similar. Son pequeños detalles que hacen que sea bastante agradable usar el RAZR sin preocuparse por esos pequeños detalles que a la larga incomodan, como el dejarse la pantalla activada por descuido, o comprobar cómo incluso con menos de un 20% de batería restante hay terminales que no son capaces de optimizar el uso de recursos. Es cierto que es posible configurar este tipo de cosas en todos los smartphones, pero salvo que seas un usuario avanzado, no siempre es cómodo ni deseable tener que estar preocupándose de estas cosas.
Todo lo relacionado con la apariencia y la disposición de los iconos en la pantalla está tocado por Motorola y su pseudo Motoblur. Desde el administrador de archivos con el acceso directo a los equipos MotoCast configurados, hasta la mensajería integrada en la interfaz con el ya mencionado buzón unificado. El cliente Citrix para conectar con videoconferencias es otra de las aplicaciones que acompañan al terminal, que en última instancia está preparado tanto para un uso personal como profesional.
Las galerías de fotos y vídeos también tienen el toque personal de Motorola, con una interfaz fácil de usar donde está integrado tanto el contenido del dispositivo como el de servidores DLNA, MotoCast o redes sociales. Todo ello con una forma de navegar muy bien conseguida, visual y funcional. La galería de Android también integra diversas fuentes locales y online de contenidos, pero en el RAZR la integración está más lograda si cabe. La pantalla de bloqueo también está optimizada al máximo, y desde ella se puede configurar el modo vibración, así como acceder a la cámara sin pasar por el menú de aplicaciones del terminal. Y todo ello sin más que deslizar el dedo horizontalmente o verticalmente dependiendo de lo que se desee hacer.
Conclusiones
Motorola RAZR es un terminal ciertamente interesante. Su construcción es impecable en casi todos los aspectos. Sólo se le puede reprochar que su tamaño sea sensiblemente mayor que el que impone su pantalla de 4,3’’. Es tan delgado y ligero que en la práctica no supone un problema serio a la hora de guardarlo en un bolsillo, pero bien podría ser un poco más compacto en cuanto a alto y ancho. Por lo demás, es resistente y elegante. Puede gustar más o menos, pero es innegable que tiene distinción.
Del lado de la funcionalidad, su interfaz cuenta con el valor añadido de Motorola y sus aplicaciones y servicios como MotoCast, el buzón unificado, las acciones inteligentes, la suite ofimática, etcétera. No cuenta con MyMOTOBLUR, pero es más de lo que ofrecen otros terminales. Gracias a esta optimización, la batería da más de si que otras propuestas móviles similares en cuanto a hardware y software. De momento, si hay una actualización a Ice Cream Sandwich, la recomendación sería esperar hasta que además del sistema operativo Motorola ofreciera para la versión 4.0 de Android el mismo nivel de optimización que para Gingerbread.
La tecnología integrada es del más alto nivel, tanto por procesador (doble núcleo de última generación tanto para la CPU como la GPU), como por pantalla (aunque la matriz Pentile es mejorable), o comunicaciones (con la ausencia de NFC). En el apartado de la cámara está bien resuelto, aunque un paso por detrás de Apple con el iPhone 4S. En última instancia es un buen híbrido entre teléfono móvil y tableta, con una experiencia de consumo de contenidos muy buena y conseguida, al tiempo que ofrece un repertorio de comunicaciones móviles completo y funcional.