Lo mejor de los móviles baratos no es el precio, sino esto que nadie espera

Cuando uno habla de móviles baratos, lo primero que suele venir a la cabeza es “seguro que es lento, tiene mala cámara y se queda pillado con dos apps abiertas”. Y sí, no vamos a engañarnos, no compiten con los gama alta en potencia ni en diseño premium. Pero… hay un detalle que mucha gente pasa por alto y que, si te paras a pensarlo, es un detalle brutal que coincide con lo que más buscan la mayoría de usuarios: la batería.
Y es que, resulta que lo mejor de muchos móviles económicos no es el precio (que también), sino lo que duran encendidos sin necesidad de conectarlos al adaptador de corriente. ¿No te ha pasado que conoces a alguien con un móvil de 100 euros que se tira dos días sin cargarlo, mientras tú con tu tope de gama tienes que enchufarlo antes de que se acabe la tarde? Pues no es casualidad.
¿Por qué duran tanto los móviles baratos?
La gran mayoría de estos móviles ‘baratos’ montan baterías de 5000 mAh,es decir, lo mismo o más de lo que encontramos que llevan en móviles mucho más caros (aunque cierto es que muchas marcas ya están jugando con celdas de 6.000 mAh o más). De hecho, raro es ver un móvil barato con menos de esta capacidad, así que ya te puedes ir olvidando de esos tiempos en los que un móvil de gama baja venía con una batería que apenas llegaba al día. Hoy en día, hasta el más básico tiene autonomía de sobra.
¿Y por qué duran tanto si no tienen carga ultrarrápida ni tecnologías de última generación? Pues por una mezcla bastante efectiva: pantallas más simples y procesadores menos exigentes. Suena negativo, pero en realidad es una ventaja en este caso. Muchos de estos móviles montan paneles IPS con resolución HD o, como mucho, Full HD. Eso significa que consumen menos energía que las pantallas OLED o AMOLED de los gama alta, que se ven muy bien, sí, pero también son más exigentes a nivel de energía.
Y no solo es la pantalla. Los procesadores de bajo consumo que usan estos dispositivos también ayudan. Porque claro, no tienen que mover juegos súper exigentes ni animaciones 3D. Funcionan con lo justo y necesario, lo cual se traduce en un consumo de energía mucho más contenido. Así que aunque no vayan a abrirte 30 apps en segundo plano, sí que van a darte horas y horas de uso sin tener que estar pendiente del enchufe.
Así, la combinación de una àntalla sencilla + un procesador eficiente + una batería generosa, nos da como resultado hasta dos días de uso sin despeinarse. Incluso dándole mucho uso, con vídeos, redes sociales, música, y alguna partida ocasional. Es más, si lo usas solo para lo básico, como hacer unas llamadas, usar WhatsApp y navegar un poco por la Red, te puedes olvidar del cargador hasta tres días.
Lo mejor de todo es que esto no te lo cuentan en los anuncios. Se centran en cámaras, en velocidad, en diseños llamativos… pero pocos te dicen que con un móvil de 100 euros vas a tener que cargarlo la mitad de veces que uno de 1000. Una de esas ventajas que solo se notan en el día a día.