La idea de poder gozar de una pantalla completamente sin muescas ni agujeros, con la cámara frontal integrada discretamente debajo del panel, parecía una solución elegante para un dilema estético que comenzó a inundar los smartphones hace unos años. No obstante, incluso con el progreso tecnológico y los intentos de casi todos los fabricantes, las cámaras debajo de la pantalla todavía no han conseguido ser aceptadas como norma.
La verdad es que hay varias razones para que este diseño no se haya extendido como así lo han hecho otras características de nuestros smartphones (sensores de huella en pantalla, paneles plegables, multicámaras…), siendo la calidad de las fotos el principal escollo.
La calidad de la imagen no es óptima
La calidad de las imágenes capturadas es uno de los principales obstáculos para la expansión de esta tecnología. EL principal motivo de esto es que la cámara sufre una pérdida significativa de luz al encontrarse detrás de una capa de cristal. Esto resulta en imágenes y videos con menos detalle, más ruido y una reproducción de colores menos precisa. Piensa que los sensores de imagen convencionales, diseñados para recibir la luz de manera directa, no operan de igual forma cuando están protegidos por una pantalla.
De igual manera, la densidad de píxeles en la región de la cámara generalmente es reducida con el fin de posibilitar el paso de la luz. Esto podría causar una pequeña alteración en la imagen o que aparezcan zonas con una resolución más baja en la pantalla.
Hay que pagarlo
Producir pantallas con cámaras integradas implica un proceso difícil y caro. La tecnología requerida para asegurar una calidad de imagen excelente y un rendimiento óptimo todavía está en sus primeras etapas y, como suele suceder con las nuevas tecnologías, esto supone un incremento importante en el coste de los teléfonos, lo cual restringe su uso a una minoría de consumidores.
La aceptación de la perforación en la pantalla
Aunque parece insignificante, la colocación de la cámara frontal en un agujero en la pantalla se ha aceptado como una solución práctica y funcional para la mayor parte de los usuarios. Cada año que pasa estos agujeros se hacen más pequeños y menos llamativos, sin afectar de forma importante la experiencia de visualización. De hecho, piensa que el iPhone es uno de los modelos más vendidos del mundo y ahí está su enorme isla dinámica.
Además, también es cierto que se ha optimizado el software de cada uno de los fabricantes que apuestan por este diseño con el fin de reducir al mínimo el impacto visual de estos agujeros, por ejemplo, manteniéndolos ocultos mientras se reproducen videos en modo de pantalla completa.
¿Morirán las cámaras bajo pantalla?
La realidad es que, para que las cámaras bajo pantalla se conviertan en una opción viable para la mayoría de los smartphones, habrá que desarrollar materiales, no que sean más transparentes, sino que absorban menos luz, para mejorar la calidad de las imágenes que se capturan.
Además, la llegada de la IA y sus prácticos algoritmos puede ser fundamental en la mejora de las fotos, ayudando a disminuir el ruido y perfeccionar la reproducción del color.
Todo ello, por supuesto, contando con una hipotética reducción de los costes de producción a medida que la tecnología se desarrolle y se fabrique en cantidades mayores, si es que la misma se expande como así esperan numerosos fabricantes.