La vivienda. El tema de la vivienda. Tanto alquilar como comprar, se ha convertido en toda una odisea en 2025, sobre todo en las principales ciudades. En medio de este panorama, nadie ignora que plataformas como Airbnb han tenido mucho que ver en el alza de los precios, sobre todo en el centro de las capitales españolas.
Como consecuencia, ha cambiado de cabo a rabo el mercado inmobiliario, en nuestro país especialmente, donde el ascenso imparable del alquiler turístico ha puesto el foco en plataformas como Airbnb, quienes han tenido un papel protagonista en este fenómeno, convirtiéndose en intermediarios entre propietarios y turistas en busca de alojamiento.
Sin embargo, lo que comenzó como una oportunidad para dinamizar el turismo y ofrecer ingresos adicionales a los anfitriones, hoy representa una amenaza directa para el acceso a la vivienda en muchas ciudades del país.
Airbnb en el ojo de huracán
Recientemente, el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 ha ordenado el bloqueo de más de 65.000 anuncios de viviendas turísticas en la plataforma Airbnb por incumplir la normativa autonómica. Además, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha respaldado la medida, al menos parcialmente, al ordenar la retirada inmediata de varios miles de anuncios.
Las razones legales de esta actuación son claras: muchos anuncios no incluían el número de registro exigido por las comunidades autónomas, no identificaban si el que alquilaba el piso era un profesional o un particular, siendo este un dato esencial para proteger al consumidor. De hecho, rizando más el rizo, en algunos casos, presentaban números de licencia inexistentes o no válidos.
Por culpa de estos pisos y de usuarios que han visto como es mucho más rentable alquilar pisos por semanas que por años, barrios tradicionales en ciudades como Barcelona, Madrid, Sevilla o Valencia han visto cómo el alquiler turístico ha sustituido a los contratos de larga duración. Los propietarios, atraídos por mayores beneficios, optan por alquilar a turistas en lugar de a inquilinos permanentes. Esto ha disparado los precios del alquiler residencial, especialmente en las zonas más céntricas, y ha provocado una grave crisis de acceso a la vivienda, especialmente para jóvenes, estudiantes y familias trabajadoras.
Pero el precio no es el único dolor de cabeza de este cambio en el panorama urbanístico, ya que, como consecuencia, se han generado problemas de convivencia y ha alterado el tejido social de muchos vecindarios. En algunas zonas, la proliferación de pisos turísticos ha supuesto una pérdida del comercio local y una “despersonalización” del entorno urbano.
Ante esta situación, varias comunidades autónomas han endurecido la regulación de los alojamientos turísticos, exigiendo licencias específicas, limitando el número de plazas disponibles y reforzando las inspecciones. La actuación reciente del Ministerio y la decisión judicial suponen un punto de inflexión y que ahora es probable que otras plataformas que hacen, básicamente, lo mismo que Airbnb, se enfrenten medidas similares en el futuro.
¿Será la solución definitiva al problema de la vivienda en España? No lo creemos, pues hay muchas variables más que influyen, pero, por intentarlo, que no quede.