El Samsung Galaxy Note 7 empieza a rodar por el mercado y la popular iFixit no ha querido faltar a su cita más reclamada. Herramientas en mano, han desmontado de arriba a abajo el nuevo phablet de Samsung para catalogar el grado de dificultad que pudiera entrañar futuras reparaciones. Sin embargo, la disección practicada por la compañía nos deja ver con todo lujo de detalles el interior del equipo y todos sus componentes, algunos de los cuales sorprenden y desvelan imágenes destacadas y curiosas.
En el momento de su presentación, los fabricantes ofrecen en mayor o menor medida información técnica sobre sus nuevos modelos. Sin embargo, nunca es tan precisa como la que puede llegar a ofrecer iFixit. El motivo es obvio si conoces una de las tareas favoritas de la citada firma. Y es que “tornillo a tornillo”, iFixit desmantela hasta las últimas consecuencias cada novedad tecnológica que llega al mercado, dejando todos sus componentes al descubierto.
Desmontaje del Samsung Galaxy Note 7
Así ha sucedido con el Samsung Galaxy Note 7. El phablet de la surcoreana se prepara para su periplo comercial, pero antes ha pasado por los laboratorios de iFixit. En la mesa de trabajo han procedido a acceder a las entrañas del equipo. Y no, no ha sido tarea fácil. Para empezar, al igual que sucediera con el Samsung Galaxy S7 Edge, el alto nivel de acabados, el cristal de la carcasa y su delgadez vienen intrínsecamente unidos a pegamento, mucho pegamento. Hace tiempo que los fabricantes, producto de la cura de adelgazamiento aplicada a sus smartphones, dejan de lado los tornillos para utilizar un método de unión más ventajoso en lo estructural. Nos referimos al citado pegamento y cintas adhesivas de alta resistencia.
Esta característica de diseño provoca la primera incomodidad a la hora de desmontar el Samsung Galaxy Note 7. Para la tarea es preciso contar con un decapante que aplique un chorro de aire muy caliente que logre ablandar estas capas adhesivas. El proceso, por tanto, es muy específico y arduo, con riesgo de rotura de la carcasa y/o pantalla al desprenderlas. En este apartado es preciso indicar que, al igual que en el Galaxy S7 Edge, la rotura del cristal del display conlleva la sustitución de la pantalla.
Un vistazo al interior del phablet
Con la tapa ya levantada, el próximo paso es desmontar el sistema de carga inalámbrica, que a su vez contiene el chip NFC. Este paso no es complicado puesto que se realiza desatornillando unos cuantos tornillos.
Una vez llegado a este punto, es momento de acceder a la batería. La única nota al respecto es indicar que la conexión del cable de alimentación a la placa se encuentra en una zona atípica, tal y como muestra la pertinente imagen.
Una vez somos capaces de extraer la batería -3.500 mAh 13.45Wh- es posible desmontar la pieza que incluye el soporte físico para las tomas de auriculares y USB-C, además del altavoz. El hueco para el último dispone de una superficie y gomas que sirven para aislar el interior del agua, puesto que recordemos el Samsung Galaxy Note 7 es resistente al agua y al polvo con certificación IP68.
Un hueso duro de roer
Ya con acceso a la placa base, podemos ver los típicos circuitos y chips, tales como memoria interna, procesador, módem, moduladores, controladores… Sin embargo, el apartado tal vez más curioso es el que nos deja ver el escáner de iris compuesto por cámara y emisor de luz infrarroja. En lo que respecta a la cámara principal, la trasera, la unidad desmontada del Samsung Galaxy Note 7 ha dejado ver un sensor Sony IMX260 de 12 megapíxeles.
Del mismo modo, y como sucediera ya con el Samsung Galaxy S7, el desmontaje del equipo nos permite ver que éste también incluye en su interior un heatpipe de cobre como sistema de refrigeración adicional, componente que empezaremos a ver cada vez con más asiduidad en este tipo de equipos de alta gama y rendimiento.
En definitiva, el desmontaje del Samsung Galaxy Note 7 entraña ciertas dificultades que hacen de su reparación un tanto complicada. De hecho, iFixit la cataloga con un 4 en una escala al 10, siendo el 10 la nota que determina el grado más sencillo. Si bien la sustitución de los principales componentes es relativamente sencilla debido a su naturaleza modular, la reparación de un cristal roto es compleja y en la mayoría de las ocasiones será imprescindible sustituir cristal y display al completo, lo cual supone un importante desembolso en caso de rotura.
Puedes ver más imágenes en la página de iFixit.