En los últimos meses quien suscribe ha visto cómo algunos de los contactos habituales de WhatsApp dejaban la plataforma de la noche a la mañana con ese aviso tan típico de «Fulanito ha abandonado el grupo». Lógicamente, intentamos seguirle la pista usando otras apps y al final pudimos dar con ellos: en unos casos a través de Telegram, en otros gracias a Messenger de Facebook, Hangouts de Google, etc.
2015, el año de Facebook
Con esto no queremos decir que WhatsApp corra peligro porque sus cifras son apabullantes y la competencia solo puede soñar con alcanzar la mitad del mercado que tiene, pero sin duda que hay signos que indican un cierto agotamiento y que los usuarios buscan fórmulas que ofrezcan más opciones de comunicación.
Además, se da la circunstancia de que Facebook ha entrado en una carrera esquizofrénica por la que está potenciando una de sus aplicaciones más importantes, Messenger, contra otra también suya, WhatsApp, a la que ya el año pasado reconvirtió en plataforma de aplicaciones capaz de tener su propia tienda de contenidos.
Ese impulso ha conseguido que, según un estudio publicado por Nielsen, Messenger de Facebook sea la aplicación que mayor crecimiento tuvo a lo largo del año pasado, ayudada también por una política muy acertada de llevar los mensajes instantáneos al ámbito laboral, de las empresas.
Solo el año pasado, Messenger de Facebook distribuyó 9.500 millones de fotografías al mes, 45.000 millones de mensajes al día y solo la versión para Android se ha descargado desde la Play Store de Google 1.000 millones de veces. Números realmente buenos amparados en ese éxito que es Facebook, que sigue creciendo cada día que pasa.
Desventajas de WhatsApp
Aunque WhatsApp sigue siendo la aplicación por excelencia y la primera que instalamos al comprar un móvil, no deja de tener sus limitaciones que la competencia está atacando cada día que pasa. Con la interconexión en la que vivimos donde es posible comunicarnos con el móvil, el tablet, el ordenador e incluso la televisión, tener que andar anclados a un único dispositivo, el smartphone, no deja de ser un anacronismo, a pesar de las ventajas de la versión web que nos ayuda a aliviar la dependencia del teléfono.
De ahí que fórmulas como Line, Telegram o el mismo Messenger de Facebook estén ganando terreno y sustituyendo (poco a poco) la que es, a día de hoy, la aplicación de mensajería por excelencia. ¿O no?
Y vosotros, ¿usáis otras alternativas además de WhatsApp? Contadnos.