Android 6.0 Marshmallow está a punto de llegar con los nuevos Nexus y una vez que lleguen a las tiendas (y se actualicen los modelos de 2013 y 2014), comenzará una lluvia de updates para los topes de gama más importantes del mercado. Y aunque nos pueda parecer todavía muy lejano, hay que ir tomando nota de las limitaciones que nos podemos encontrar si mantenemos la costumbre de rootear nuestro smartphone.
Android Pay, una de las novedades
El sistema de pago que Google incorpora con la versión 6.0 de su OS no quiere dejar resquicios para que se produzcan agujeros de seguridad que puedan convertir la plataforma en un peligro para nuestras cuentas, y es por eso que han decidido tomar una serie de medidas drásticas. Recordad que hace unos días ya se conoció que aquellos usuarios que instalen lockscreens de terceros no podrán usar tampoco Android Pay.
Al poco tiempo, desde los foros de XDA, llegó la confirmación de un desarrollador de que ocurría exactamente lo mismo con los móviles rooteados por lo que Google ha salido ahora a explicar el por qué de esta decisión. Así, un ingeniero de los de Mountain View ha dejado en el hilo del famoso foro de desarrolladores el siguiente mensaje:
«Google está absolutamente comprometido con mantener Android abierto y eso significa apoyar a los desarrolladores. Mientras que la plataforma puede y debe continuar creciendo como un entorno de colaboración con el desarrollador, hay un puñado de aplicaciones (que no forman parte de la plataforma) donde tenemos que asegurar que el modelo de seguridad de Android se mantiene intacto».
La API analiza el dispositivo
Esencialmente, lo que Google va a hacer es muy sencillo: la API SafetyNet comprueba el dispositivo en el que está instalado y si no cumple con unos requisitos mínimos, no se podrá ejecutar, para evitar problemas de seguridad que hagan de Android Pay un coladero donde se puedan robar datos y, en última instancia, el dinero de los usuarios.
Visto así parece de lo más lógico que Google tome una decisión de este calibre y corte de raíz cualquier oportunidad de poner en jaque no solo a sus dispositivos, sino a los bancos que son los que aprueban las operaciones desde el móvil y que tendrían que hacerse cargo de cualquier mal uso que hagan los hackers de una tarjeta robada.
¿Qué os parece esta decisión de Google? ¿Pensáis que es acertada? Contadnos.