Ha sido presentado ya el Motorola Moto G de tercera generación por parte de Motorola India que ha hecho que desluzca bastante el evento que tenía preparado la compañía americana simultáneamente en Nueva York, Londres y Pekín. Llega el momento de hacer la primera comparativa y no es otra que la de ¿vale la pena cambiar del Moto G de segunda generación, incluyendo el modelo 4G, a este Moto G de tercera generación?
Y es que con la llegada del nuevo terminal de Motorola se hace indispensable la comparación con sus anteriores modelos en su lanzamiento. En esta tercera generación es posible esperar que ya no tengamos un modelo 3G o 4G, ya que el Snapdragon 410 trae de serie la conexión LTE, pero como podemos ver en la tabla, habrá dos modelos diferentes de lanzamiento con prestaciones diferentes.
Motorola juega sobre seguro ¿es algo inteligente?
Si hay que poner un adjetivo al nuevo Motorola Moto G de tercera generación no es otro que «conservador». Y es que la empresa ha repetido la fórmula de sus anteriores terminales, con los que no se diferencia en aspectos como es la pantalla, que vuelve a ser de 5 pulgadas y de resolución 720p. Es más, nos encontramos que repite hasta sus dimensiones, aunque ha aligerado algo el peso.
Mejores prestaciones
El cambio importante, como indicamos, es el procesador. Nos encontramos ahora con un chip de 64 bits que llega también con cuatro núcleos pero que aumenta su frecuencia a los 1,4 Ghz. Otro cambio es la presencia de dos posibilidades en cuanto a la memoria RAM, que subirá hasta los 2 GB cuando sea el modelo de 16 GB. Si optamos por el modelo de 8 GB, empatará con las versiones anteriores. Eso sí, ahora podremos utilizar tarjetas microSD de hasta 128 GB.
Quizás el cambio más importante llega con la cámara. La nueva óptica del Moto G de tercera generación da un salto importante frente a los anteriores modelos. Sube a los 13 megapíxeles pero no sólo eso, cuenta con elementos como flash de LED, modo HDR – que también estaba en los anteriores -, apertura f/2.0 y posibilidad de grabar vídeo 1080p a 30fps, cuando en la segunda generación era sólo a 720p.
También crece la batería del equipo, y eso es también un paso importante ya que en las mismas dimensiones y peso ha integrado algo más de autonomía que se tiene que notar en las horas de uso, que ya de por sí eran un detalle destacado en los terminales de Motorola.
Precio de «sustitución»
Finalmente, llega el precio de lanzamiento. Repite los 179 euros de lanzamiento – a falta de una confirmación oficial para Europa, es lo que se supone del coste del terminal en otras geografías -, la misma cifra que han tenido sus anteriores versiones que luego, sin duda, bajarán de precio.
¿Sigue siendo el gama media de referencia?
No se puede decir que Motorola apuesta por elementos diferenciadores esta vez de su terminal. Sigue teniendo un precio que otorga una calidad-precio sobresaliente. Eso si, si hablamos del modelo de 16 GB y 2 GB de RAM ya que en caso contrario, estamos viendo más un «Moto E» dopado que un auténtico terminal de gama media. Habrá que ver si la jugada le sale bien frente a la Serie A de Samsung o a la armada que preparan algunos como Huawei, Meizu, Xiaomi, etc.