Oppo es uno de los fabricantes chinos más conocidos en Europa gracias a que, poco a poco, ha traído sus dispositivos a través de importadores, logrando que muchos usuarios que buscaban buenas prestaciones y un gran precio encontraran su acogida en sus dispositivos. Hoy, la compañía ha presentado dos nuevos terminales de gama de entrada: el Oppo Neo 5 (2015) y el Neo 5S.
Si bien se tratan de dos smartphones que cumplen con su cometido, un bajo precio y características básicas, es cierto que se quedan algo atrás respecto a los terminales de Oppo a los cuales ya nos tenía acostumbrados. Así, nos encontramos ante dos terminales muy similares entre sí y cuya principal diferencia reside en su procesador.
Oppo Neo 5 (2015), la “renovación” del modelo 2014
En esta ocasión, Oppo ha decidido continuar con aquello que ya lanzó el pasado año aunque con alguna diferencia fundamental. Por ejemplo, se ha seguido apostando por el formato de pequeña pantalla, ofreciendo así un panel IPS TFT de 4,5 pulgadas con una resolución de solo 854 x 480 píxeles en un cuerpo de apenas 131,9 x 65,5 x 8 milímetros y 135 gramos de peso.
Además, el procesador pasa de un Snapdragon 400 a un MediaTek MT6582 a 1,3 GHz, uno de los principales chipset que se encuentran actualmente en la gama de entrada, acompañado de una GPU Mali-400 MP2. Todo ello se une a 1 GB de memoria RAM y 8 GB de almacenamiento interno ampliables mediante tarjeta microSD, por lo que verderamente no es un terminal con el que podamos disfrutar de las últimas aplicaciones, sino más bien para comenzar con el sistema operativo Android 4.4.4 KitKat (claro está, se encuentra acompañado de Color OS 2.0.1, una capa que ofrece funcionalidades interesantes como el control por gestos de aplicaciones y otras funciones)
Por otra parte, cuenta con una batería de 2.000 mAh, cámara de 8 megapíxeles con flash, HDR y apertura f/2.2, incluyendo otros aspectos como luz infrarroja o modos especiales para resaltar la belleza de las personas que salgan en una fotografía. Su diseño, eso sí, es muy especial como siempre ha ocurrido en los terminales Oppo: una parte trasera con cristal laminado le da un aspecto que, desde luego, no es “digno” de una gama de entrada.
Oppo Neo 5S, su hermano “mayor” con procesador Qualcomm
Como hemos indicado, las diferencias son inapreciables excepto el procesador, que en este caso salta hasta un Qualcomm Snapdragon 410, algo que también ha permitido cambiar ciertos aspectos de la cámara y añadir otras funciones como el modo Color Eye Protection, un filtro especial para la pantalla que crea unos colores que cansan menos la vista, y un modo noche mejorado. Otro aspecto diferenciador es la posibilidad de añadir tarjetas microSD, aunque en este caso de hasta 128 GB.
Por desgracia, aún no se conoce el precio ni la disponibilidad de los terminales, aunque dudamos que supere los 150 euros al tratarse de un gama de entrada bastante básico excepto varias opciones.