De la mano de iFixit llega un completo despiece del Apple Watch. Una disección con la que tenemos la oportunidad de conocer con todo lujo de detalles el interior del reloj inteligente de la manzana mordida, además de descubrir algunos detalles de sus características, tales como el sensor de ritmo cardíaco, que esconde un oxímetro. A través de una completa galería de imágenes también tendremos oportunidad de conocer el diseño al milímetro del compartimento interior así como la disposición de todos los componentes del reloj.
Al igual que Foxconn ha tenido dificultades para ensamblar el Apple Watch, iFixit nos expone en su particular análisis la dificultad para reparar el reloj inteligente de Apple. A partir del desmontaje de todas y cada una de las piezas que componen el wearable es posible determinar detalles técnicos y de ensamblaje a los que nunca antes habíamos tenido acceso.
Este es un estudio que se hizo con base al primer Apple Watch que salió al mercado, pero que se ha seguido haciendo con los modelos modernos de los relojes de Apple. El que abrió un poco la puerta de los relojes inteligentes y por lo tanto, el asombro era tal que todos los ingenieros querían desmontarlo, ver exactamente cómo era por dentro y darse cuenta de la potencia que llevaba consigo este Apple Watch. Sin embargo, en estos años, poco ha cambiado el Apple Watch por dentro, más allá de su chips y de sus componentes más potentes. Lo que podemos ver ahora es un hardware diferente, pero en lo que a construcción se refiere, se sigue manteniendo casi el mismo esquema.

De hecho, podríamos hablar de que estamos ante un reloj que desde su primer modelo ha permanecido completamente impasible en su construcción a pesar de los grandes avances que ha habido en cuanto a hardware en el interior. Por suerte, Apple ha sabido condensar todos los nuevos elementos así como los chips y nuevos componentes con el objetivo de poder mantener esta estructura completamente igual que al principio o al menos, muy similar.
Componentes externos
En primer lugar apreciamos el sistema de anclaje de la correa, determinado por una clavija retráctil. Su manipulación es sencilla y no requiere demasiado esfuerzo para que la pulsera pueda ser retirada.
Aunque con algo más de dificultad, la pantalla AMOLED del Apple Watch también puede ser retirada con relativa facilidad, eso sí, con la herramienta adecuada. La mayor dificultad en este terrero es la desconexión de los cables que unen el digitalizador, display y placa base.
Una vez retirada la pantalla tenemos acceso al compartimento interior del smartwatch. Desde aquí se puede acceder a la batería (de 205 mAh) con relativa facilidad; esta es una batería que realmente a pesar de ir aumentando su tamaño interior en forma de mAh, el tamaño exterior no ha cambiado apenas, por lo que no cambia. Tan solo hay que despegar el adhesivo que la sujeta a la caja interna del reloj.
Lo único que vemos que sí que cambia en este sentido es el exterior del reloj, que en función del modelo y del material que hayas escogido para su exterior, nos vamos a encontrar con un material u otro, siendo algunos más duros que otros, aunque realmente, la cubierta no es que cambie demasiado.
Adentrándonos en las tripas del Apple Watch
Más abajo nos topamos con el procesador Apple S1, SoC que va anclado a la placa base. Los tornillos encontrados a este nivel no responden al patrón de los más conocidos como Philips o Torx. A este respecto cabe indicar que los chicos de iFixit determinan que, por el alto grado de conexiones de cables existentes en torno al procesador, se hará difícil reparar cualquier pieza y lo más socorrido será sustituir componentes.
Uno de los detalle descubiertos es la introducción de una pequeña antena en el compartimento interior, justo pegando a la pared interna de la caja metálica del reloj, para el WiFi y Bluetooth. Asimismo trasciende la junta tórica que mantendrá sellado el compartimento interior del exterior.
Otros detalles que esconde la carcasa del smartwatch
Entre otros de los secretos que se divisan en la disección encontramos un puerto de pines al lado de los enganches de la correa, posiblemente cono conector. Del mismo modo a este nivel el tamaño de los tornillos disminuye hasta hacer complicado seguir con el desmontaje.
El resto de componentes también facilita algún que otro detalle que desconocíamos. A este respecto nos referimos a, por ejemplo, a la solución mecánica implantada por Apple en los botones externos para que los usuarios interaccionen con el reloj inteligente.
Si seguimos desmontando llegamos al “hueso”. Y es que debajo de ese sofisticado invento de la tecnología moderna se encuentra el sensor de ritmo cardíaco, entre otros. Los sensores han ido cambiando constantemente pero que realmente, nos hemos podido encontrar con que a pesar de ir añadiendo más, no ha sido un problema en su construcción. Sobre todo porque se han ido incluyendo cuestiones como puede ser la medición del oxígeno, la creación de un electrocardiograma y otros elementos relacionados con la salud que son sensores que al fin y al cabo, ocupan sitio y por lo tanto, en el apartado de salud sí que ha habido más cambios.
En definitiva, iFixit puntúa el desmontaje, de cara a posibles arreglos, con una nota de 5 puntos sobre 10. Lo principal es el tipo de tornillos utilizados, más pequeños que los habituales. Asimismo, el hecho de que la práctica totalidad de los componentes vengan soldados a la placa base donde se aloja el procesador hace muy difícil su reparación. Sin lugar a dudas un trabajo de gran importancia y peso en el mercado de wearables.
Como ya nos suele tener acostumbrados Apple, los dispositivos no son nada fáciles de desmontar y cuentan con un férreo ensamblaje para que solo los más profesionales puedan llegar a manipularlo con cierta facilidad. Por lo tanto, el Apple Watch sigue la estela de todo lo que hemos visto anteriormente en Cupertino en lo que a construcción se refiere.
Fuente: iFixit