Estamos a punto de conocer los resultados financieros de Apple que se harán públicos a lo largo de la tarde, mostrando nuevamente su músculo comercial en 2014 y lo bien que le han ido las ventas – se prevén más de 70 millones de iPhone 6 vendidos hasta la fecha -. Sin embargo, en 2015 llegará un producto atípico para la empresa de Cupertino y, sobre todo, para sus Apple Store, el Apple Watch, un elemento difícil de vender de la misma forma que el resto de productos de la empresa hasta ahora.
El Apple Watch es uno de los dispositivos más anticipados y esperados de la historia reciente de Apple. Ya no vale un «¿qué habría hecho Steve Jobs?» porque como ya comentamos, es absurdo preguntárselo. Con Tim Cook a la cabeza, los designios de la empresa de Cupertino son diferentes y su estrategia también.
Aquí es donde llega su apuesta, como siempre exclusiva y cerrada a su plataforma, vamos por y para sus usuarios, que es el Apple Watch. Sin embargo, este pequeño aparato que podría pensarse que será ponerlo en el lineal y esperar a que la gente venga en masa a comprarlo es una absoluta disrupción en el, por otra parte, uniforme catálogo de Apple.
No estamos diciendo que no vaya a ser un éxito. El Apple Watch venderá, probablemente, más y mejor que muchos smartwatches hasta ahora – o quizás no, ya no todo lo que hace la empresa californiana es un éxito inmediato ¿verdad iPhone 5c? -. Sin embargo, la particular configuración de un reloj inteligente lo hacen difícilmente encajable en la filosofía de venta de Apple.
El primer aparato Apple que no hay que probar, hay que «probarse»
En primer lugar, el Apple Watch es un aparato que hay que «probarse,» y no vale con 5 minutos en la tienda. Vendrá con dos tamaños, tres ediciones diferentes y una pléyade de correas a elegir. Sólo hay que imaginarse la escena de alguien indeciso junto a un empleado de Apple pidiéndole y comparando cinco variantes de tamaños, modelos y correas diferentes para decidirse. Es un caso poco común dentro de los productos de la empresa californiana.
¿Habrá la configuración que quiera cada uno?
Por otra parte, especialmente en el caso de las correas, es un misterio cómo y cuando podrá llevarse un usuario un Apple Watch a casa. Acudir a una Apple Store, al menos después de los primeros días en los que la falta de unidades debido a la demanda es habitual, es para llevarse el producto soñado bajo el brazo. ¿Habrá siempre suficientes correas? ¿y modelos? Perder ese impulso y tener que esperar para luego darse cuenta que no es el color adecuado o el tamaño que nos gustaría – y ya no digamos si al final la experiencia con el wearable no es del todo satisfactoria – puede causar un trasiego a la Apple Store que derive en usuarios ahora descontentos.
No hablamos de que Apple pueda perder su «prestigio», en opinión del que suscribe bien ganado y mantenido, las cosas como son, pero el Apple Watch, en sí, como producto es un saco de dudas. Se puede decir que también se pensaba lo mismo al ver el primer iPhone… pero la diferencia es que ese fue el primero en muchas cosas y el Apple Watch llega a un mercado wearable ya lanzado ¿será capaz de subirse a la ola o le arrastrará? ¿qué opinais?