Con motivo del segundo aniversario de la muerte de Steve Jobs, The New York Times publicó un extenso reportaje firmado por Fred Volgstein en el que los implicados en el desarrollo del primer iPhone cuentan de primera mano las mil y una anécdotas que pasó el equipo en la creación y presentación del smartphone que cambió Apple y el mundo de la telefonía móvil.
Conocida es la meticulosidad con la que preparaba Steve Jobs sus presentaciones, y una tan importante como la del iPhone en 2007 no iba a ser menos. Sin embargo, lo que en el escenario dejó a tantos maravillados no tenía tranquilos a los que habían trabajado en el proyecto. Antes de seguir adelante, os invitamos a recordad cómo fue esta presentación…y a daros cuenta de cómo han cambiado en los últimos años las conferencias de Apple si ese toque teatral que tenía Steve Jobs.
Algunos de los implicados en su desarrollo han desvelado para Fred Volgstein, redactor en Wired y publicará el libro «Dogfight: How Apple and Google Went to War and Started a Revolution», muchas de las anécdotas y problemas que se solventaron en el último minuto antes de dar a conocer el iPhone, y algunas son sorprendentes.
Y es que el prototipo de iPhone, pese a las apariencias y lo bien que funcionaba en manos de Steve Jobs, era de todo menos fiable según narra el propio Volgstein a modo de adelanto de su libro en un extenso reportaje para The New York Times.
Todos los prototipos funcionaban mal
Andy Grignon, ingeniero senior al cargo de la parte inalámbrica del terminal confiesa «repasamos la demo cientos de veces, y siempre había algo que iba mal. No era un buen presentimiento». Sobre todo porque, confiesa, Jobs no tenía pelos en la lengua para descargar toda su ira sobre el responsable de cada fallo con frases lapidarias como «si fallamos, será sólo por tu culpa».
En las preparaciones antes del día clave de la presentación, la psicosis de Jobs anti-filtraciones llegó a extremos casi increíbles. Grignan cuenta como se obligó a que todo aquel que estuviera implicado, hasta el último carpintero que montaba el escenario, a pasar la noche anterior a la presentación en el Moscone Center, custodiado las 24 horas por personal de seguridad.
Especialmente vetado estaba el backstage, donde se instaló un laboratorio de pruebas y una sala para que Jobs pudiera ensayar su conferencia. El auditorio estaba restringido a unos pocos ejecutivos de Apple. Grignan cuenta como todo el mundo debía llevar en todo momento una tarjeta de identificación electrónica que se revisaba casi en cada puerta y que comprobaba que esa persona estaba autorizada por una lista creada por el propio fundador de Apple.
En el momento de la presentación, apenas había una centena de prototipos del iPhone disponibles en el mundo, que no llegaría al mercado hasta seis meses después, y todos ellos, manifiesta Grignon, llenos de errores de software y diseño. Por ejemplo, se podía reproducir una canción o un vídeo, pero sólo una parte y no de forma completa o si enviabas un correo y después navegabas todo iba perfecto pero si lo hacías a la inversa, dejaba de funcionar. Tras cientos de horas de pruebas se identificó lo que llamaron el «camino dorado», una específica serie de tareas que si se hacían en el orden correcto, hacían parecer que el teléfono funcionaba perfectamente.
Y aquí dejamos, momentáneamente, el relato de Volgenstein para retomarlo en una segunda parte de la historia oculta de la presentación del iPhone donde se revela si este «camino dorado» era tan brillante cómo parecía o que hicieron durante la poco más de una hora que duró la presentación los ingenieros de Apple. ¡No os lo perdáis!